La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, presente en la firma, comentó que el cable conectará con las dos orillas del Mar Negro y se extenderá más allá, hacia la región del Mar Caspio.
El proyecto, sobre el que Georgia está haciendo un estudio de viabilidad, servirá para transferir energía de manera limpia, contribuirá a la descarbonización y diversificará los suministradores energéticos de la región, argumentó.
Von der Leyen dijo también que la iniciativa convertirá a Georgia, un país que aspira a entrar en la UE, “en un punto de interconexión energética regional que lo integrará en el mercado de electricidad europeo”.
Por su parte, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, explicó que su nación produce actualmente 27 gigavatios de energía eólica y solar, y desarrolla proyectos que deben incrementar esta capacidad en cuatro gigavatios hasta el final de 2027; por lo que este es un primer paso para un corredor verde.
Actualmente, más del 90 por ciento de la electricidad producida allí proviene de fuentes fósiles, el siete por ciento, de energía hidráulica y el 0,5 por ciento de la eólica y la solar, pero el Gobierno tiene planes de potenciar este sector.
Agregó que este es un primer paso para crear un corredor para energía verde”, afirmó el presidente de esta potencia extractora de gas natural que aumentó sus exportaciones de este tipo de energía a Europa en los últimos años.
Durante el encuentro, el presidente rumano, Klaus Iohannis, puntualizó que el proyecto busca consolidar la seguridad energética de la región y diversificar las fuentes de aprovisionamiento, mediante la explotación del “potencial de producción de energía renovable en el Mar Caspio”.
El acuerdo intergubernamental a cuatro ofrecerá un cuadro financiero y técnico para la realización del proyecto del cable submarino de energía eléctrica de fuentes renovables entre Rumanía y Azerbaiyán vía Georgia y el Mar Negro y para su posterior transporte hacia Hungría y el resto de Europa, indicó.
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