El incidente ocurrió el pasado día 4 cuando el menor, identificado como Iga Paul jugaba en la ribera del lago Edward sin sospechar que el enorme mamífero andaba en busca de alimento.
Otra curiosidad del incidente es que los hipopótamos son herbívoros, característica de uno de los protagonistas de esta noticia, que tiene tres: la bestia, el niño y un transeúnte, que resultó a la postre el héroe del día y de seguro de las historias de sobremesa durante largo tiempo.
A aquella hora del día el artiodáctilo solo estaba movido por el instinto de supervivencia, su objetivo era comer lo que fuera e Iga tuvo la mala fortuna de cruzarse en su camino.
La bestia emergió de las aguas del lago y de un solo bocado colocó la mitad del cuerpo de su candidato a almuerzo dentro de su boca, paso previo a deglutirlo por completo.
Pero, casi como en el cuento de la Caperucita Roja, pero en África subsahariana, de la nada surgió un hombre, cuya identidad permanece anónima, valiente, con un brazo digno de un lanzador de béisbol y buena puntería, que la emprendió a certeras pedradas con el hipopótamo.
Al parecer la bestia concluyó que en aquellas condiciones se iba a indigestar y optó por escupir al infante, trasladado de inmediato a un hospital sano y salvo, con apenas una herida superficial en una de sus manos.
Moraleja: si vas a África cuídate de los hipopótamos que a veces olvidan que son herbívoros y no te confíes en la existencia de transeúntes providenciales, que no siempre andan por los alrededores.
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