“También nos vamos a juntar el 21 de diciembre y conjuntamente con nuestras organizaciones matrices de la Tupac Katari y las Bartolinas Sisa (…) desde Tiwanaku lanzar una propuesta para defender nuestra Pachamama”, afirmó el vicemandatario.
Recordó durante un reciente discurso en ese territorio que el país altiplánico celebra el 21 de junio el solsticio de invierno y el Año Nuevo Andino Amazónico, y que el 21 de diciembre es también la fecha de las “illas”, que en la cultura ancestral se traduce como la fuente, el origen, la semilla de todo lo animal, vegetal y mineral.
“Vamos a venir el 21 de diciembre a este lugar sagrado, no solo para Bolivia sino para el planeta”, enfatizó Choquehuanca.
El solsticio de verano se caracteriza por la noche más larga del año en el hemisferio Norte y la más corta en el Sur.
Cada 21 de diciembre los pueblos originarios celebran la “Illa” e “Ispalla” en torno a la fiesta de Illapacha de los Andes, con el objetivo de recordar la primera siembra realizada en septiembre y de la cual se ven los primeros frutos.
Para honrar esta ocasión se realizan rituales heredados de tradiciones ancestrales en diferentes regiones de Bolivia con peticiones de salud, unidad y buenos augurios.
Anunció Choquehuanca que para la celebración de este año se llevará al municipio una copia de la illa del ekeko (dios de la abundancia), recuperada y trasladada a Bolivia el 7 de noviembre de 2014, después de permanecer en un museo privado en Berna, Suiza.
Enfatizó en que esto es parte de la recuperación de la identidad de los bolivianos.
Según el vicepresidente, el Estado Plurinacional se debe construir con pensamiento e ideología propios desde el “eje Tiwanaku, fuente del agua que es la vida”.
Añadió que sobre esa base se debe proyectar la cultura de la vida, de la hermandad, de la armonía, del equilibrio, de la complementariedad, como cuando se levanta la wiphala, para evitar las divisiones, el racismo y la discriminación.
El 21 diciembre tiene muchas acepciones en el calendario de los pueblos indígenas originarios campesinos.
Sin embargo, todas tienen el denominador común del agradecimiento para que la Pachamama brinde buena producción y que proteja la crianza de los animales.
En tal sentido, muchas regiones celebran el “Qhapaq Raymi” o fiesta grande del sol, de la maduración de los cultivos, de la renovación de energías.
Se trata de la Illapacha de los Andes, que contempla la fiesta de la Illa relacionada con todo lo animal, y la de la Ispalla, vinculada con todo lo vegetal y mineral.
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