Dicho indicador, que representa más de dos tercios de la actividad económica estadounidense, tuvo una disminución en noviembre tras presentar alzas del 0,9 por ciento y del 0,8 por ciento, respectivamente, en octubre y septiembre últimos, detalló la institución gubernamental.
Expertos señalan que aunque la alta y persistente inflación existente en el país da señales de ceder un poco, la Reserva Federal de Estados Unidos no parece disuadida a dejar de impulsar sus tasas de interés a niveles más altos el próximo año.
Con la implementación de una política monetaria restrictiva, el banco central estadounidense intenta frenar la demanda de todo, desde viviendas hasta mano de obra, mientras lucha para que la inflación vuelva a su objetivo del dos por ciento, remarcaron los analistas.
Los expertos subrayaron, además, que la pasada semana la Reserva Federal aumentó su tasa de interés referencial en 50 puntos básicos, a un rango del 4,25 al 4,50 por ciento, el más alto desde finales de 2007.
Al respecto, las autoridades de este banco central estadounidense acentuaron que esperan que la tasa se incremente a entre el 5,0 y el 5,25 por ciento en 2023, un nivel que podría mantenerse por un tiempo.
En tanto, los analistas recalcaron que los costos de endeudamiento más altos, el rápido agotamiento de los ahorros y la disminución de la riqueza de los hogares podrían sofocar el gasto de los consumidores, y llevar a la economía a la recesión el próximo año.
Mientras, el índice de precios de gastos de consumo personal subió un 0,1 por ciento el mes pasado, después de aumentar un 0,4 por ciento en octubre, comunicó en su informe el DC.
En ese sentido, los especialistas en el área refieren que el banco central de Estados Unidos rastrea el comportamiento de dicho indicador para sus decisiones de la política monetaria.
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