Los decesos se registraron en 12 estados: Colorado, Illinois, Kansas, Kentucky, Michigan, Missouri, Nebraska, Nueva York, Ohio, Oklahoma, Tennessee y Wisconsin, acorde con un reporte de la cadena de noticias NBC News.
El temporal de grandes proporciones se extendió a partir de mediados de la pasada semana desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta el Río Grande a lo largo de la frontera con México, y afecta aún a más del 60 por ciento de la población del país.
En Buffalo, Nueva York, el Servicio Meteorológico Nacional divulgó que cayeron cerca de 110 centímetros de nieve el domingo por la mañana.
Las condiciones de la nevada y la ventisca hicieron que las carreteras fueran intransitables allí, donde también se congelaron las subestaciones eléctricas y murieron al menos 12 personas, declararon funcionarios del condado de Erie.
Kathy Hochul, gobernadora de Nueva York, calificó a la tormenta como la más devastadora en la historia de Buffalo debido a su poder y extensión, y cuyos efectos generaron una “crisis de proporciones épicas”.
Las condiciones adversas acarrearon además la cancelación de más de tres mil 300 vuelos nacionales e internacionales durante el domingo en el país, con más de 11 mil retrasados, según el sitio web de seguimiento FlightAward.
Ventiscas cegadoras, lluvia helada y frío glacial también cortaron el suministro eléctrico en lugares desde Maine hasta Seattle, dejando a cientos de miles de hogares y negocios sin electricidad, y a millones de personas enfrentando la posibilidad de apagones.
Asimismo, en una docena de estados se difundieron llamados al ahorro de energía por parte de las compañías suministradoras, que instaron a los clientes a poner los termostatos más bajos de lo habitual porque la creciente demanda agotaba la capacidad.
Reportes de entidades especializadas de algunas urbes importantes en el sureste, el medio oeste y la costa este notificaron su Navidad más fría en décadas y, en Florida, por ejemplo, se registraron las temperaturas más bajas para un 25 de diciembre desde 1983 para las ciudades de Miami, Tampa, Orlando y West Palm Beach.
Elliott se intensificó hasta convertirse el viernes pasado en un ciclón bomba, evento que ocurre cuando la presión atmosférica cae rápidamente en una fuerte tormenta, y comenzó a golpear la zona de los Grandes Lagos y la costa este con vientos intensos, nieve e inundaciones costeras.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que el sistema se debilitará gradualmente mientras se eleva hacia el sureste de Canadá, y sus efectos se moderarán de manera lenta a partir de hoy.
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