En declaraciones a la prensa, el presidente de la BGA, Dirk Jandura, comentó que estas condiciones agregarán cautela a potenciales compradores del país asiático y Estados Unidos, principales socios comerciales del país.
«No habrá un desplome de las exportaciones en 2023, pero tampoco podemos esperar una subida pronunciada», valoró.
En 2022, las exportaciones alemanas habrán aumentado probablemente a un ritmo porcentual de dos dígitos, gracias sobre todo a la subida de los precios, mientras que el volumen de mercancías habrá crecido un dígito bajo, apuntó.
Sin embargo, en el actual contexto, los exportadores alemanes tienen esperanzas modestas para el próximo año. “Ya sería un éxito si logramos quedar en terreno positivo en términos reales”, acotó.
En China, el abandono de las agresivas políticas antiCovid-19 a principios de diciembre desató una nueva ola del virus SARS-CoV-2, que afecta a varios miles de habitantes.
Aunque se espera que la economía china experimente un fuerte repunte a finales del próximo año, les espera un duro camino en las próximas semanas y meses, a medida que los trabajadores enfermen cada vez más, valoró Jandura.
Además, “también nos preocupa Estados Unidos, volvemos a tener un euro más fuerte por las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo. Eso no va a impulsar las exportaciones», agregó.
Según el presidente de BGA, los tipos de interés más altos ya estaban teniendo repercusiones en Estados Unidos, donde subieron más, especialmente en el sector de la construcción.
Los exportadores alemanes no pudieron tramitar todos los pedidos en los últimos meses debido a la escasez de suministros. Esto les dejó con unas carteras de pedidos holgadamente llenas y la disminución prevista de los cuellos de botella en la oferta debería crear un efecto de recuperación.
En 2021, las exportaciones del más importante país europeo aumentaron 14 por ciento y las importaciones crecieron 17 por ciento, lo que redujo el superávit comercial por quinto año consecutivo.
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