Estas medidas definen qué aguas requerirán de permisos especiales para actividades como la construcción, que podría dañar su calidad, señalan las autoridades.
El administrador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Michael Regan, dijo que la decisión “salvaguarda las aguas de nuestra nación, fortalece las oportunidades económicas y protege la salud de las personas al tiempo que brinda mayor certeza a los agricultores, ganaderos y terratenientes”.
Por su parte, Radhika Fox, la principal funcionaria de la EPA, le dijo a The Hill que la nueva regla “se enfoca en proteger los recursos hídricos, pero lo hace de una manera que también brinda claridad a todos los usuarios del agua”.
Las nuevas regulaciones se consideran un término medio entre las acciones anteriores de las administraciones de Donald Trump (2017-2021) y Barack Obama (2009-2017).
Los últimos años fueron testigos de un importante vaivén sobre qué aguas deben regularse, siendo las reglas de la era Obama las más estrictas y las reglas de Trump las menos juiciosas.
Por ejemplo, la Regla de Agua Limpia de Obama protegió los arroyos efímeros, en tanto Trump no resguardó tales flujos.
Según expertos, se espera que estas normas de Biden brinden amparo a estas corrientes, así como incorporen ciertas categorías de aguas que están excluidas de las protecciones.
Mientras tanto, Jon Devine, director de política federal del agua en el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, describió la regla como “un paso en la dirección correcta” y también dijo que el país “todavía tiene mucho trabajo por hacer para proteger completamente las aguas importantes”.
Regular el uso del agua es polémico en Estados Unidos, con defensores del medio ambiente y detractores de las leyes de protección hacia este vital líquido.
lam/adr