Una revisión preliminar confirma que el exmandatario usaba pérdidas comerciales de decenas de millones de dólares para reducir su obligación tributaria anual, en algunos casos hasta cero, señalan analistas.
Si bien una de las principales empresas de Trump fue declarada culpable de fraude fiscal criminal a principios de este mes, el republicano hasta ahora no tenía acusaciones por su contabilidad personal.
Sin embargo, el tipo de evasión fiscal en serie que muestran las declaraciones de sus impuestos mientras ocupó la Casa Blanca genera preguntas sobre la equidad del código fiscal y las regulaciones fiscales de Estados Unidos.
“Con la publicación de las declaraciones de impuestos de Donald Trump, nos enteramos que no pagó ningún impuesto federal sobre la renta en algunos años”, dijo Frank Clemente, director del grupo de defensa fiscal Americans for Tax Fairness, en un comunicado a The Hill.
Clemente indicó que la evasión fiscal de Trump fue posible gracias a “un sistema fiscal plagado de lagunas que necesita un cambio fundamental”.
Asimismo, en una aparente violación de la política del Servicio Interno de Impuestos (IRS), que exige que los presidentes reciban auditorías periódicas, los recaudadores de impuestos no auditaban a Trump anualmente, según el informe del Comité de Medios y Arbitrios publicado la semana pasada.
La razón de esto no está clara, pero la complejidad de la situación financiera de Trump y las leyes fiscales que la permiten pueden haber sido demasiado para el IRS con los recursos dedicados a ello, apuntan analistas.
Esta publicación de impuestos para muchos representa el capítulo más reciente en años de disputas políticas sobre la carrera empresarial del expresidente y las tácticas que usó para acumular riqueza y fama.
A lo largo de su carrera política, Trump atribuyó su éxito a una ética de trabajo incansable y una capacidad única para dominar las negociaciones, pero una serie de registros financieros y demandas expusieron su gran dependencia de los créditos fiscales, los litigios por bancarrota y el fraude para construir un imperio inmobiliario.
Sin embargo, Trump y sus partidarios republicanos en el Congreso defendieron las prácticas comerciales del expresidente como una parte básica de la operación en bienes raíces.
Aún no está clara la repercusión que este informe, revelado a los ojos públicos hace pocos días, pueda tener en la candidatura de Trump por la Casa Blanca en 2024, subraya The Hill.
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