En una entrevista con la prensa local, comentó que tras cerrar el año pasado con un 8,6 por ciento, se observan indicios de que el enfriamiento económico no continuará. “En su lugar, tendremos posiblemente lo que se llama un soft landing, es decir, un aterrizaje suave».
El titular de la cartera apuntó que a partir de 2024 prevén una bajada de la inflación, pero es necesario adoptar medidas políticas para evitar un periodo largo de estanflación -la combinación de altas tasas de inflación con un nulo crecimiento económico.
En función de ello, el Gobierno aprobó la aceleración de la concesión de permisos y la facilitación de la inmigración de mano de obra especializada o la digitalización de la administración pública, entre otras medidas, indicó Lindner.
Desde su perspectiva, en el camino hacia una reactivación de la economía, hace falta también flexibilizar el mercado laboral y agotar todas las posibilidades fiscales para atraer inversiones privadas.
«Una economía exitosa es un prerrequisito para nuestro Estado social y una protección del clima ambiciosa», insistió.
Respecto a los últimos tres reactores nucleares del país, previstos a desconectarse esta primavera y uno de los puntos de disenso entre las fuerzas políticas alemanas, el líder del Partido Liberal dijo que “en tiempos de crisis deberíamos seguir usando energía nuclear de forma temporal”.
En su opinión, “el balance de emisiones de dióxido de carbono empeora con el uso de más electricidad generada a partir del carbón»; por lo que propuso comprar y almacenar barras de combustible nuclear.
Frente a esta posición, el ecologista Robert Habeck, ministro de Economía y Clima, quien presentó en enero un plan para adelantar la descarbonización de la industria alemana, llamó al cierre de las terminales nucleares; pero en la práctica no se concretó la medida.
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