Las bolsas subieron levemente a media semana gracias a un cauto optimismo de que los datos estadounidenses confirmaran que la inflación se debilita, algo que los estudiosos no creen.
Mientras el yen japonés avanzó por las expectativas de que el Banco de Japón (BOJ) revise los efectos secundarios de su política ultra laxa.
El índice MSCI de acciones mundiales aumentó 0,4 por ciento a un máximo de cuatro semanas, antes de la publicación de los datos que se espera muestren que la inflación general de Estados Unidos bajó 6,5 por ciento en diciembre desde el 7,1 del mes anterior. Sin embargo, aparece una inflación subyacente 5,7 por ciento anual.
En cuanto al índice referencial europeo STOXX 600 ganó 0,6 por ciento. El índice MSCI de acciones de Asia-Pacífico sin considerar a Japón sumó 0,3 por ciento tras alcanzar un máximo de siete meses, mientras que el Nikkei japonés cerró estable.
Por su parte, los futuros del S&P 500 operaron estables en líneas generales tras las subidas de los índices de Wall Street.
Los futuros del crudo Brent de referencia europea aumentaron 1,2 por ciento a 83,62 por barril. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años bajaron 3,2 puntos básicos (pb) a 3,524 por ciento.
En esa cuerda, la rentabilidad alemana a 10 años, la referencia de la zona euro, declinaron cinco puntos básicos, a 2,135 por ciento. Los rendimientos se mueven en sentido inverso a los precios de los bonos. Como se aprecia, tales datos son ambivalentes en muchos casos pero los principales eslabones de la cadena se aprecian a la baja, lo que sumado a los problemas energéticos otorga una posibilidad negativa en sentido general, mientras la inflación sigue su marcha con pequeños cambios, más bien apreciaciones.
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