El nivel medio de los productos tóxicos en esos animales fue de nueve mil 500 nanogramos por kilogramo, dos mil 400 veces mayor que el recomendado por los avisos de salud para el agua potable de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), de acuerdo con un estudio publicado en la revista Environmental Research.
Para descubrir la contaminación en los peces capturados localmente, un equipo de investigadores analizó más de 500 muestras de ejemplares de ríos y lagos de los Estados Unidos de 2013 a 2015.
Casi las tres cuartas partes de los químicos permanentes detectados eran PFOS, una de las formas más comunes y peligrosas de las miles de PFAS, desarrollados en la década de 1940 del pasado siglo, y empleados en artículos como sartenes antiadherentes, textiles, espumas de extinción de incendios y envases para alimentos.
El estudio divulgado hoy es el primer análisis que relaciona el consumo de pescado en Estados Unidos con los niveles de PFAS en la sangre, al mismo tiempo que compara los niveles contaminantes de aquellos que habitan en agua dulce con los de las muestras comerciales de mariscos, explicaron los autores.
Acorde con los hallazgos, los ejemplares atrapados localmente en ríos y lagos están mucho más contaminados que los especímenes de las capturas a gran escala, pues en los primeros el nivel de los químicos tóxicos fue 278 veces mayor.
Durante décadas, dichas sustancias nocivas se han filtrado en los suministros de agua potable al mismo tiempo que contaminan los cultivos de regadío y los peces presentes en las vías fluviales locales.
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