Videos difundidos por Internet por pobladores de Ilave muestran la estación policial abandonada al día siguiente de una noche de conmoción en la que Isidro Arcata Mamani, de 62 años, murió desangrado por una bala que le destrozó el fémur.
Ilave forma parte de Puno, región que ha sido un bastión de las protestas que exigen desde diciembre pasado la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, y los disturbios de anoche se registraron, según la radioemisora RPP, cuando los pobladores asediaron a pedradas la comisaría tras incendiar el juzgado de la localidad.
Pobladores de la ciudad puneña difundieron en Internet videos en los que policías disparan a diestra y siniestra en la plaza principal, lo que corroboró en Lima el parlamentario Flavio Cruz, representante de Puno.
La Red de Salud de Puno reportó además al menos siete civiles heridos y el incidente fue uno de varios registrados durante la semana en diversas poblaciones de la citada región.
Puno es la región con más elevada mortandad, sobre un total de
ha sufrido 23 muertos, sobre un total de 44 muertos en disturbios, lo que incluye un policía, durante la oleada de protestas de diciembre pasado y en la actual, iniciada el 4 de enero.
Durante la semana, dos civiles murieron por disparos de la policía en la localidad de Macusani, según testigos, en el asedio e una estación policial, tras el incendio de la sede lugareña del Poder Judicial.
Los agentes fueron evacuados de Macusani por dos helicópteros llegados con tal fin, tras lo cual la población incendió la comisaría.
Además, manifestantes de la ciudad puneña de Desaguadero incendiaron ayer el Centro Binacional de Atención en la frontera peruano-boliviana (Cebaf) y se registraron protestas en otras poblaciones de Puno.
En la ciudad de Zepita la estación policial fue incendiada después que los policías que la ocupaban la abandonaron ante las protestas y en Huancané, los oficiales buscaron refugio en el cuartel del Ejército del lugar.
La nueva muerte se registró el mismo día que el primer ministro, Alberto Otárola, garantizó al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Christian Salazar, «el respeto irrestricto de los derechos humanos de todas las personas que participan en las manifestaciones», según un informe oficial.
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