El Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita reprochó a las autoridades de Suecia por consentir que el dirigente del partido político danés de extrema derecha Hard Line, Rasmus Paludan, prendiera fuego a una copia del libro sagrado del islam durante una protesta en Estocolmo contra Türkiye.
La cancillería saudita expresó la posición firme del Reino ante tal profanación y resaltó la importancia de difundir los valores del diálogo, la convivencia, el rechazo al odio y al extremismo.
Por su parte, la Organización de Cooperación Islámica también reprobó enérgicamente el hecho y su secretario general, Hissein Brahim Taha, advirtió que tales actos extremistas tienen como objetivo a los musulmanes y ofenden sus valores sagrados.
Son otro ejemplo de un grado alarmante de islamofobia, intolerancia y xenofobia, advirtió e hizo un llamado a las autoridades suecas para que tomen las medidas necesarias contra los perpetradores de ese crimen de odio.
Instó a intensificar los esfuerzos internacionales para evitar que tales actos se produzcan en el futuro y mostrar solidaridad contra la islamofobia.
En tanto, el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo, Nayef Al-Hajraf, criticó la quema del Corán y alertó que provocará a los musulmanes en todo el mundo.
Expresó la posición del ente regional en torno a la convivencia pacífica y el rechazo a ese tipo de acciones e ideologías extremistas.
La Liga Musulmana Mundial también se pronunció y calificó el acto de absurdo, provocativo y vergonzoso.
Su máximo representante Mohammed bin Abdul Karim Al-Issa advirtió sobre las repercusiones y agregó que tal conducta temeraria abusa del concepto de libertades y sus valores humanos.
Enfatizó que esos hechos bárbaros solo aumentarán la fe de los musulmanes y su firmeza en sus valores que siempre llaman a la paz y la convivencia.
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