Las declaraciones de Lula, quien participará mañana en la VII cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), fueron dadas al lado de su par argentino, Alberto Fernández, tras un encuentro bilateral en esta capital.
Este es el primer viaje internacional del exsindicalista después de tomar posesión por tercera vez como jefe de Estado del gigante suramericano, el 1 de enero.
Al responder a periodistas, Lula sugirió que se intentara crear una moneda común entre países del Mercosur y recordó que Brasil y Argentina ya procuraron un movimiento similar de hacer comercio con monedas locales, pero clasificó la experiencia como tímida por ser una decisión optativa y no impositiva.
«Lo que estamos intentando trabajar ahora es que nuestros ministros de Hacienda, cada uno con su equipo económico, nos puedan hacer una propuesta de comercio exterior y de transacciones entre los dos países en una moneda común, a ser construida con muchos debates y muchas reuniones», precisó.
Si dependiera de mí, recalcó, «tendríamos comercio exterior siempre en las monedas de otros países, para no tener que depender del dólar. ¿Por qué no intentar crear una moneda común entre los países del Mercosur? ¿Por qué no intentar crear una moneda común como se intentó entre los países de los Brics (Brasil, Rusia, India y China)?», se preguntó.
Vaticinó que con el tiempo sucederá y a menudo, «hay países que tienen dificultades para adquirir el dólar, y se puede hacer acuerdos, establecer un tipo de moneda para el comercio, que los bancos centrales cada mes o en cuánto tiempo quieren, hagan un ajuste de cuentas para que los dos países puedan seguir haciendo negocios».
Analistas consideran que el movimiento para la creación de una moneda común es todavía incipiente (y visto con mucha desconfianza entre actores políticos y agentes económicos). Genera mucha polémica.
La idea de los gobiernos, sin embargo, no es reemplazar las monedas locales (real en Brasil y peso en Argentina), sino reducir la dependencia en el dólar para la realización de comercio entre países.
Fernández admitió que el asunto, discutido en otras oportunidades, no avanzó por obstáculos técnicos.
«La verdad es que no sabemos cómo podría funcionar una moneda común entre Argentina y Brasil. Tampoco sabemos cómo funcionaría una moneda común en la región, pero sí cómo funcionan las economías dependiendo de monedas extranjeras…Y sabemos lo dañino que es eso», reflexionó.
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