El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, consideró esta jornada que las autoridades de la citada nación escandinava no debe esperar ningún apoyo de esta nación euroasiática para el ingreso a la OTAN, una decisión que debe tomarse con el consenso de sus 30 miembros.
Si ustedes no respetan las creencias religiosas de la República de Türkiye o de los musulmanes, «no recibirán ningún apoyo de nuestra parte», aclaró el mandatario.
La prensa local afirmó que el pasado viernes, Rasmus Paludan, máximo dirigente del partido ultraderechista Stram Kurs, recibió el permiso del gobierno sueco para prender fuego al libro sagrado de los musulmanes, algo que desató una reacción negativa en el orbe.
De su lado, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, descartó la posibilidad de que su país pueda permanecer callado antes las manifestaciones contra Türkiye, realizadas este fin de semana en la capital sueca.
La protesta en Estocolmo se efectuó en el marco de una demostración de opositores contra el ingreso del país nórdico a la alianza atlántica y las presiones ejercidas por Ankara para condicionarle la entrada a ese bloque.
Finlandia y Suecia se pronunciaron a mediados del pasado año por abandonar su condición de países neutrales para formar parte de la OTAN, bajo el pretexto de una supuesta amenaza de Rusia.
El propio Akar anunció este sábado la suspensión de la visita de su similar sueco, Pal Jonson´s, a esta capital, prevista para el próximo día 27, luego de conocerse sobre la quema del Corán.
Al igual que ellos buscan la cooperación en materia de defensa, nosotros queremos la colaboración en la esfera del terrorismo y para acabar con ese flagelo, aseguró el funcionario turco.
De su lado, un grupo de jóvenes depositó flores la víspera en iglesias de la suroriental provincia de Mardin, en respuesta a la mencionada destrucción de un libro del Corán.
Este mismo domingo, el primer ministro del referido país europeo, Ulf Kristersson, señaló en su cuenta de Twitter que la libertad de expresión era una parte fundamental de la democracia, pero lo que es legal no siempre es permisible.
La quema de, para muchos un libro sagrado, constituye un acto de profundo irrespeto, acotó el jefe de Gobierno.
Por otra parte, un grupo de jóvenes distribuyó ayer rosas en las iglesias de la provincia de Mardin, sureste de Türkiye, en respuesta a la quema de una copia del libro sagrado de los musulmanes.
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