“Algunos consideran que si los tribunales aplican las sanciones que corresponden a los golpistas y represores, entonces sus seguidores se van a molestar y generar conflictos”, sostuvo en exclusiva con Prensa Latina.
Valoró, sin embargo, que esa opinión constituye un error porque la memoria, la verdad y la justicia por los delitos cometidos no se pueden dejar de lado.
Recordó que por su ocupación profesional le correspondió atender los derechos laborales de víctimas de las masacres de Senkata y Sacaba, y sus testimonios sobre esos actos criminales resultan desgarradores.
“Esos seres humanos merecen que los culpables sean sancionados”, reafirmó visiblemente irritado.
Evocó al exministro de Defensa del gobierno de facto Fernando López, quien pretendía declarar héroes nacionales en un acto público a los ejecutores del crimen de Senkata. “Eran militares profesionales expertos, francotiradores -describió-, dispararon contra civiles desarmados, mataron más de 10 seres humanos y él los denominó públicamente héroes de Senkata”.
Aunque indicó que se trata de una decisión judicial, en el plano personal opinó que esos comisores de delitos deben ser condenados con la máxima pena porque se atrevieron a matar a mansalva a la población por un interés político.
Mencionó que esa es la demanda de muchas organizaciones populares, en particular el Comité Impulsor de la Justicia, que exige castigo para Áñez, Camacho, Carlos Mesa, Jorge Quiroga, Doria Medina y todos los que participaron en el golpe de Estado de noviembre de 2019.
Igual medida reclaman contra los firmantes del Decreto Supremo 4778, conocido como de la Muerte porque exoneraba de responsabilidad penal a militares y policías en la represión contra quienes reclamaban la restauración del orden constitucional.
“Mientras no haya una sanción clara, y ellos sigan pensando que nunca serán juzgados y castigados, seguirán ufanándose de ser capaces de volver a cometer los mismos crímenes; para ellos no puede haber perdón”, reiteró Zambrana.
Refirió como ejemplo el caso del gobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, en prisión preventiva por la investigación que se le sigue en el expediente Golpe de Estado I, y no lamenta los delitos que él mismo confesó en videos transmitidos por las televisoras bolivianas.
Camacho es imputado en este proceso por terrorismo, cohecho activo y seducción de tropas durante la ruptura del orden constitucional en Bolivia.
Como resultado de ese complot, en noviembre de 2019 fue impuesto un gobierno de facto, asesinadas 37 personas, cientos heridos y se registraron miles de violaciones de los derechos humanos en la represión contra quienes reclamaban el restablecimiento de la democracia.
NECESIDAD DE REVOLUCION CULTURAL
El viceministro lamentó que, pese los crímenes cometidos por Camacho, cuenta entre sus seguidores en Santa Cruz con no pocos procedentes de las clases pobres.
Al respecto reiteró la idea de deficiencias en el trabajo educativo, cultural e ideológico con la población por parte de las fuerzas de izquierda.
Significó que Bolivia hoy vive con esperanza gracias al Proceso de Cambio, no es como en los inicios de este siglo con la guerra del gas en El Alto y la del agua en Cochabamba, que constituyen partes de la lucha por la construcción del Estado Plurinacional contra el neoliberalismo.
“Aquellos eran procesos políticos de desesperanza -observó-, la gente ya no creía en el Estado, el Gobierno, el sistema”.
Sin embargo, subrayó, a partir de la redistribución de la riqueza nacional sobre la base de la nacionalización de los recursos naturales y el incremento del poder adquisitivo y el nivel de consumo de toda la población, algunos sectores no identifican el origen social de la prosperidad que disfrutan.
“Lamentablemente, gente pobre asumió como propio el modelo aspiracional de las élites cruceñas porque han sido muy trabajados hasta en lo simbólico”, acotó.
“Reitero, es necesaria no solo nuestra autocrítica, sino también nuestra preocupación y ocupación en el sentido del trabajo ideológico”, consideró Zambrana.
Al retomar el tema del fascismo en las élites neoliberales bolivianas, describió que esta corriente tiene entre sus componentes la ideología y sus hordas, que según señaló, en Santa Cruz son elementos desclasados integrados a la paramilitar Unión Juvenil Cruceñista, y junto a ellos burgueses que disfrutan de golpear y maltratar sobre todo a los indígenas.
“El otro componente más delicado es la fascistización de la población, que piensa que es correcto lo que están haciendo los grupos de poder, lo cual es muy peligroso”, mencionó el vicetitular.
Calificó de preocupante en este sentido el papel de los medios de comunicación y en particular las redes sociales, que de manera descarada abusan de la mentira.
Expresó el viceministro que la estructura fascistoide de Santa Cruz data de hace muchos años, “y cuando no esté Camacho vendrá otro que responda a esas concepciones características de las élites de poder de ese departamento”.
“El problema es que los ideólogos de la derecha no tienen ninguna alternativa política para el país -insistió Zambrana-, su única propuesta es que el Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos no exista y volver al Estado republicano, aunque sea mediante la violencia”.
Insistió en que las élites dirigentes de la derecha en Bolivia tienen como ideología el fascismo y sus métodos violentos.
Agregó que por eso Camacho y sus seguidores impusieron la intimidación en Santa Cruz durante el paro de 36 días, con bloqueos, en octubre y noviembre de 2022.
“El verdadero riesgo del proceso de cambio es que la dirección de la derecha boliviana está controlada por grupos neofascistas, ese es el peligro que en la realidad debemos interpretar”, sentenció el vicetitular.
Ante esta realidad, Zambrana resaltó la importancia de la más sólida unidad de las fuerzas revolucionarias frente al que consideró enemigo principal, “el imperialismo internacional encabezado por Estados Unidos”.
“Las divisiones internas son un acto de irresponsabilidad que debemos erradicar en un proceso histórico superior a las personas; la unidad no es elegible, es un factor de sobrevivencia para el Proceso de Cambio, con la certeza de que tenemos en frente al imperialismo y a sus aliados fascistoides dentro del territorio nacional”, concluyó el viceministro.
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