Alemania autorizó el despliegue de los tanques Leopard 2 por parte de otros países europeos luego de fuertes presiones de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre el canciller federal Olaf Scholz, quien terminó cediendo, y además accedió a suministrar directamente una compañía de 14 blindados germanos.
Durante una visita a la base de Augustdorf, en el oeste del país, el ministro Pistorius dijo ante la prensa que su presencia en esa instalación tenía el objetivo de informar directamente al personal sobre la decisión tomada por el Gobierno.
Pistorius dio a conocer además que el adiestramiento de los soldados ucranianos en el manejo de los Leopard 2 se realizará muy pronto será en territorio alemán, aunque admitió que por la premura, no será el adecuado.
También reconoció el ministro que la entrega de los tanques traerá problemas en la formación de los soldados alemanes quienes tendrían que usar simuladores hasta la puesta a punto de los nuevos fabricados.
El pasado 27 de enero, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, reclamó a Alemania que aclare su posición sobre la situación en Ucrania.
Zajarova le exigió explicaciones al embajador alemán en Moscú sobre las declaraciones de la ministra de Exteriores de Berlín, Annalena Baerbock, en las que señalaba que la ayuda a Kiev no convierte a su país en parte del conflicto.
Muchos analistas en Moscú comentaron que los tanques alemanes en el terreno de batalla recordarán a los rusos los días de la invasión hitleriana en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), lo cual podría traer consecuencias inaclculables.
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