La armada libanesa responsabilizó a Tel Aviv por las consecuencias de las violaciones por mar, aire y tierra a su territorio, al participar de la reunión tripartita en Ras al-Naqoura, encabezada por el jefe de la misión de la Unifil, Aroldo Lázaro.
En representación del Ejército libanés, Mounir Shehadeh reafirmó el compromiso de la nación de los cedros con las resoluciones de la ONU, especialmente la 1701 del Consejo de Seguridad y todas sus disposiciones, puntualizó la nota.
La parte libanesa enfatizó la necesidad de que el enemigo israelí abandone los territorios ocupados, las granjas de Shebaa, las colinas de Kfar Shuba, las afueras de la ciudad de Mari, que incluye parte de la expansión urbana de la localidad de Ghajar, y las 13 áreas en las que el país se reserva la Línea Azul.
Según lo informado por el Ejército, Líbano destacó la necesidad de retirar el alambre de púas colocado recientemente por las fuerzas israelíes en el área de Al-Adaysah; así como la valla instalada en la colina de Ras al-Naqoura y el muro de hormigón construido en la entrada norte del túnel ferroviario en la citada zona fronteriza.
Desde el final de la guerra de 2006 en el sur de Líbano hasta el momento, son 159 las citas tripartitas periódicas celebradas al amparo de la Unifil como vía esencial de gestión de conflictos y fomento de la confianza.
A través de sus mecanismos de enlace y coordinación, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en la nación constituye el único foro mediante el cual los ejércitos libanés e israelí se reúnen oficialmente.
Los dos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel en la tierra ocupada de Palestina y a lo largo de estos años muchos crímenes y ataques perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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