La presentación al país y al mundo de un denominado Centro de Confinamiento de Terroristas (Cecot) por parte del presidente Nayib Bukele durante una cadena nacional de radio y televisión, fue sin dudas el momento cumbre de las noticias en el país.
Un imponente “bunker” que acogerá a cerca de 40 mil de los casi 63 mil pandilleros detenidos como resultado del Plan de Control Territorial (PCT), apoyado por un prolongado régimen de excepción, fue la “vedette” noticiosa en un país donde la seguridad se presenta como un producto de primera.
El recinto está dotado con las más altas tecnologías de vigilancia,
tratará de mantener a los detenidos en condiciones rigurosas y de control total de las fuerzas del orden.
No obstante, el penal que se alza en el oriente del país, comenzó temprano a recibir críticas como la de la organización Amnistía Internacional preocupada porque podría «amenazar los derechos humanos», una de las principales acusaciones que enfrenta el gobierno por su política antipandillas.
Ubicada en el departamento de San Vicente, a uno 70 kilómetros al sureste de la capital, la prisión está destinada exclusivamente a pandilleros, quienes en los próximos días comenzarán a llenar las celdas que los mantendrán aislados totalmente del mundo.
Los reos serán el mejor “tesoro” guardado del país, ya que salir de esa prisión dotada de siete anillos de seguridad tecnológicos, estructurales y los operativos en manos de la Policía Nacional Civil, Fuerza Armada y custodios penitenciarios, hacen de la instalación una fortaleza de la cual casi es imposible escapar o penetrar.
Mientras, el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, “vendía” en Guatemala la experiencia salvadoreña y la ponía a disposición de los países de la región.
También fue noticia destacada una encuesta de CID Gallup que apuntaló el presunto respaldo de la población al presidente Nayib Bukele por encima de cualquier otro personaje o partido político.
Sin embargo, en este último aspecto el 56 por ciento de la población dijo no tener predilección por partido político alguno, aunque Nuevas Ideas, de Bukele, supera a sus seguidores con un saldo mayor al 30 por ciento.
La semana cerró con informes de que las calificadoras de riesgos mantienen las alarmas sobre El Salvador. Moody’s Investors Rating reiteró este viernes su calificación soberana para El Salvador en “Caa3”, aunque pasó de negativa a positiva la perspectiva al considerar que hay un menor riesgo de un evento crediticio de corto plazo tras el pago de los bonos por 800 millones de dólares el 31 de enero.
Así Fitch Ratings fue invariable en su nota de la deuda salvadoreña bajo el argumento de que aún persisten las presiones de liquidez para el gobierno central, algo que pudiera dificultar los créditos y aumentar los intereses al recibirlos.
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