Víctima de la brutalidad policial, Nichols -de 29 años- murió en un hospital tres días después de que agentes de policía le propinaran una paliza, el pasado 7 de enero, en un control de tráfico.
Su deceso desencadenó manifestaciones a nivel nacional y al funeral, que se efectuó el miércoles, acudieron funcionarios, personas de la comunidad afroamericana y la vicepresidenta Kamala Harris.
Harris condenó la agresividad de la policía y expresó que Nichols falleció a “manos y pies de personas que tenían la misión de mantenerlo a salvo”.
Mientras, el presidente Joe Biden se declaró «indignado y profundamente dolido» por las imágenes difundidas que muestran cómo los agentes rociaron gas pimienta, y golpearon a Nichols y solicitó al Congreso aprobar la ley de reforma policial.
Del ente legislativo también fue noticia la destitución de la representante Ilhan Omar (demócrata de Minnesota) del Comité de Relaciones Exteriores de esa instancia.
La Cámara Baja del Congreso votó a favor de una resolución para destituirla por una serie de comentarios que presuntamente Omar hizo en el pasado y que los conservadores del hemiciclo consideran antisemitas, en particular críticas a Israel y pronunciamientos sobre cuestiones relacionadas con los derechos de los palestinos.
La joven, refugiada somalí y una de las dos primeras mujeres musulmanas elegidas para el Congreso, señaló en su defensa que al ser inmigrante y de África, se le considera “indigna de hablar sobre la política exterior estadounidense”.
Según el diario The Hill, la destitución supone una victoria para el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien desde 2021 prometió eliminar a la demócrata del panel si los republicanos tomaban el control de esa instancia del Congreso.
Analistas estiman que la movida en contra de la legisladora de Minnesota es una especie de ajuste de cuentas de la ahora fuerza mayoritaria en la Cámara Baja por la destitución en febrero de 2021 de Marjorie Taylor Greene de los comités del Presupuesto, y de Educación y Trabajo.
Por otra parte, a mediados de semana también, Biden y McCarthy se reunieron por primera vez para discutir sobre la deuda de Estados Unidos.
Según reportes ambos dialogaron sobre los recortes presupuestarios que exige el Partido Republicano para elevar el límite de la deuda federal.
La reunión se produjo luego de que el Departamento del Tesoro tomara medidas extraordinarias para que el gobierno continuara pagando sus cuentas tras alcanzar –el pasado 19 de enero-el tope de la deuda establecido por el Congreso.
El límite del adeudo es la cantidad total de dinero que el gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales y pagar, entre otros compromisos, los subsidios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares y los intereses sobre la deuda nacional.
Un impago provocaría la pérdida de millones de empleos y una profunda recesión con implicaciones globales.
Los legisladores deben elevar el límite en los próximos meses o arriesgarse a un impago del Gobierno que podría arruinar la economía y sumir al mundo en una crisis financiera, de acuerdo con The Hill.
Algunos republicanos señalaron que planean utilizar las negociaciones como palanca para garantizar recortes de gastos y reformas de los programas gubernamentales.
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