Identificados con la ideología neonazi, Brandon Russell y Sarah Clendaniel, fueron imputados por el Departamento de Justicia de conspiración para destruir una instalación de energía e infligir severos daños a la urbe.
El jefe de la oficina de campo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Baltimore, Thomas Sobocinski, señaló en una conferencia de prensa que los detenidos no solo comentaron sobre la acción, sino que tomaron medidas para cumplir con sus amenazas y seguir adelante con sus objetivos extremistas por motivaciones raciales.
La pareja acusada estudió la información pública disponible sobre la red eléctrica y supuestamente planeó desmantelarla durante el pico de uso después de una tormenta de invierno, y apuntaban a los transformadores que son más difíciles de reemplazar, añadieron los fiscales del caso.
Russel, por ejemplo, tenía una variedad de explosivos, materiales para construir bombas, armas de fuego y parafernalia de supremacistas blancos en su poder, mientras un testigo declaró que había planeado llevar a cabo un ataque contra una sinagoga, líneas eléctricas y también un reactor nuclear.
El FBI estuvo en alerta máxima durante los últimos meses debido a los recientes ataques a centrales eléctricas en Carolina del Norte, Oregón y Washington, aunque la agencia dice que actualmente no hay evidencia de una relación entre los distintos incidentes.
No obstante, los grupos neonazis y de extrema derecha son identificados cada vez más con los atentados a las redes eléctricas como una estrategia potencial para causar el caos en todo el país, y con el objetivo de conducir al país hacia la supremacía blanca y el fascismo, apuntó por su parte un reporte del sitio Truthout.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha advertido una y otra vez que la radicalización de la supremacía blanca, y otras ideologías de derecha, es la principal amenaza terrorista del país.
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