De acuerdo con una información emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), tras la suma de los nueve fallecimientos registrados esta semana, se calculan ya en 106 los decesos por la infección respiratoria, la cifra más alta desde el comienzo de la pandemia de la Covid-19.
“La mayoría de estos niños no estaban vacunados. Este trágico hito subraya la importancia de proteger a los niños contra la gripe”, apuntó la entidad en el comunicado.
La inmunización contra la influenza en los pequeños es aproximadamente seis puntos porcentuales más baja que antes de la llegada del SARS-CoV-2, precisó, mientras resaltó que 103 de los menores muertos eran elegibles para los inyectables.
Entre los niños que perdieron la vida, 40 tenían condiciones médicas preexistentes, añadió el reporte.
Las dos temporadas de gripe que precedieron a la 2022-2023 fueron notablemente leves debido a los métodos de mitigación del coronavirus, como el enmascaramiento y la cuarentena, que también limitaron la propagación de la gripe, según la fuente.
Durante 2020-2021, ejemplificó, solo se registró una muerte pediátrica y se informaron 45 en el periodo siguiente.
Antes del comienzo de la pandemia, o sea, en el periodo 2019-2020, se notificaron 199 fallecimientos, aseguró.
Aclaró además el comunicado que la actual temporada de gripe estuvo marcada por un inicio más temprano de lo habitual, junto con la propagación del virus sincitial respiratorio entre niños pequeños que no habían estado expuestos previamente al patógeno debido al aislamiento provocado por la pandemia.
Según los CDC, aunque la influenza estacional se detecta durante todo el año en Estados Unidos, suele circular fundamentalmente en otoño e invierno durante lo que se conoce como la temporada de influenza.
El inicio y duración exactos de estos periodos varían, pero la mayoría de las veces el lapso de mayor actividad transcurre entre diciembre y febrero.
lam/ifs