Desde el Laboratorio de Biomodelos Experimentales en Labex (Laboratorio de Anticuerpos y Biomodelos Experimentales), el novel profesional hace un recuento de sus 12 años en ese centro, desde que egresó de la Universidad de Oriente, y mira al futuro con ilusiones y expectativas.
Entre las primeras impresiones sobresale la certidumbre de la utilidad social de ese desempeño, mediante el cual aporta a complejos procesos vinculados a la investigación, el desarrollo, la producción y comercialización de biodiagnosticadores para el sistema sanitario cubano.
Refuerza ese sentido de pertenencia el hecho de que su centro laboral deviene suministrador nacional de hemoclasificadores, conjugados primarios para citometría de flujo y otros inmunodiagnosticadores relacionados con conflictos maternofetales, sida, neoplasias y patologías infectocontagiosas, entre otras.
Aunque su trabajo como especialista en investigación, innovación y desarrollo satisface la predilección que desde adolescente sintió por las ciencias químicas, según reconoce, también lo vincula con las biológicas, que lo atrajeron desde aquellos años.
Evoca que desde el cuarto año de la carrera fue captado para Labex y ya entonces comenzó una relación entrañable con ese colectivo, en el cual desea continuar una vida laboral que apenas comienza.
HACER LO QUE LE GUSTA
Hacer lo que le gusta, esa frase encierra en buena medida la clave para la satisfacción de Zorrilla en su breve pero intensa trayectoria, como parte de los 110 trabajadores y en especial de los técnicos que aportan conocimientos y experiencias en un eslabón decisivo para la salud en Cuba.
Pertenecer al Centro de Inmunología Molecular (CIM), uno de los baluartes de la industria biofarmacéutica, es otra de sus motivaciones, acentuada desde que en una visita a la sede en La Habana apreció mediante una exposición los hitos de una historia de entrega y devoción por la ciencia.
Tomar parte en el CIM en el montaje, puesta en marcha y fermentación con fermentadores de ola APPLIKON para la obtención de marcadores linfocitarios, además de la purificación de sobrenadante de cultivo (sustancias que producen los cultivos celulares), son faenas destacadas en su currículum.
En este también sobresale la transferencia de la tecnología de fermentadores de ola a Labex.
Apasionado por la biotecnología, se refiere enfáticamente al impacto humano y social de los hemoclasificadores, uno de los renglones que aporta su centro, con empleo vital para determinar el grupo sanguíneo.
En casos de accidentes e intervenciones quirúrgicas esa identificación es trascendental, al igual que en los conflictos de la madre y el feto por el factor RH.
Al quehacer que ocupa cada día laborable de la semana, el máster en ciencias suma las clases de una asignatura optativa que imparte a estudiantes de tercer año de Ingeniería Química en la casa oriental de altos estudios. Ser tutor u oponente en tesis de grado y maestría enriquecen igualmente su hoja de servicios.
Las posibilidades de superación, con unos 18 cursos recibidos, y la participación en 15 eventos, junto a la publicación en la revista BioProcesos y el dominio del idioma inglés, indican igualmente una espiral ascendente en su desempeño profesional.
LA INSPIRACIÓN DEL COMBIOVENT
Cuando se remite a sus años escolares en el barrio de Marimón, uno de los más populosos de la urbe santiaguera, recuerda que tener una abuela maestra era una condición que casi lo obligaba a portarse bien, aunque la verdad es que fue siempre un niño aplicado y estudioso.
A su madre, siempre pendiente de los estudios, a los tíos ingenieros y a la familia toda agradece lo que ha llegado a ser, al igual que a sus profesores y, en la etapa más reciente, a la doctora Suyén Rodríguez-Pérez, directora de Labex.
Esa gratitud se enfila también hacia la sociedad justa y equitativa que le dio las oportunidades para crecer, más allá de las limitaciones que imperan en otras latitudes, sobre todo en naciones subdesarrolladas, en base a orígenes de humildad económica y el color de la piel.
Como cubano común enfrenta las actuales dificultades de la cotidianidad y considera que los jóvenes deben defender sus sueños de realización personal sin desentenderse de las urgencias y realidades del país. Se siente bien remunerado salarialmente y tiene en perspectiva el inicio de las investigaciones para el doctorado.
Para él son una inspiración los jóvenes profesionales que dieron vida a Combiovent, el primer respirador pulmonar cubano de altas prestaciones que dio respuesta a la necesidad de ese equipamiento en el trance más difícil enfrentado por Cuba durante la Covid-19.
Recuerda el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos que en medio de circunstancias tan complejas cortó a los cubanos hasta el aire para respirar.
Ese resultado evidenció el calibre de la juventud cubana, aprecia Zorrilla, que se siente parte de esa talentosa avanzada científica en la que Cuba cifra muchas esperanzas.
No escapa a sus reflexiones la realidad de la industria biofarmacéutica a nivel internacional, en la cual los grandes consorcios capitalistas imponen sus reglas y convierten en nichos para ganancias el sufrimiento humano.
A pesar de las carencias de materias primas que entorpecen la fabricación de medicamentos y a la escasez de ellos en las farmacias y hospitales, los precios de esos necesarios productos no entran en esos rejuegos especulativos y son altamente subsidiados, valora el ingeniero químico.
Muy cercano al Hospital Clínico-Quirúrgico Docente Juan Bruno Zayas y a la Facultad Dos de la Universidad de Ciencias Médicas, Labex se adentra en los misterios de enfermedades diversas y busca las vías para desentrañarlos mediante los medios de diagnóstico en procesos que intentan optimizar.
Entre las cuatro paredes de su laboratorio y en el silencio y la privacidad que esas tareas demandan, el joven ingeniero de Marimón refuerza certezas y pone en función sus saberes como parte de un entramado científico y técnico por la vida de miles de personas.
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