La energía y su impacto en las economías, sobre todo europeas, mantiene su presión sobre los mercados e inunda de dudas a los operadores de materias primas.
Los mercados bursátiles cayeron en todo el mundo y el dólar saltó a máximos de seis semanas cuando los datos laborales revivieron las expectativas de que el banco central de Estados Unidos (Fed) se mantendría en su camino de ajuste monetario.
En ese caso, los datos del Departamento de Trabajo de la nación norteña mostraron que los precios mensuales al productor se aceleraron en enero y el número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de beneficios por desempleo descendió inesperadamente, otra señal de un mercado laboral ajustado.
El índice más amplio de acciones mundiales de MSCI cayó 0,4 por ciento a mínimos de una semana en 645,73 puntos.
Este indicador de acciones en el caso de Asia-Pacífico, fuera de Japón, declinó 1,36 por ciento a 529,49, su nivel más bajo desde el 9 de enero. El valor bajó tres por ciento en el mes.
En Europa, el índice paneuropeo STOXX 600 disminuyó 0,64 por ciento, listo para su primera caída diaria semanal. El DAX alemán bajó 0,82 por ciento.
Con estos ejemplos, los operadores aumentaron sus apuestas sobre cuánto creen que subirá la Fed, y ahora fijan los precios en un máximo de alrededor del 5,3 por ciento para julio.
Por tanto como resumen, los datos económicos apuntan a un mercado laboral ajustado y una inflación resistente que mantiene la presión sobre los bancos centrales para que se mantengan en su senda de ajuste.
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