El más reciente de los movimientos telúricos ocurrió a las 16:46, hora local, con magnitud de 4,4; a una profundidad de 10 kilómetros y epicentro a 1,5 kilómetros de Chinchona, en Alajuela.
Ese temblor de tierra hace recordar a sus pobladores el terremoto que sacudió esa localidad el 8 de enero de 2009, con una magnitud de 6,2 y causó 22 muertos y cuantiosos daños materiales.
El reporte del Ovsicori precisa que desde el sismo magnitud cinco de este sábado a las 02:24, hora local, hasta las 15:30, hora local de este domingo, contabilizan más de 130 réplicas entre los volcanes Barva y Poás, todas debido al fallamiento local, y sin reportes de pérdidas humanas o graves daños materiales.
De esa cantidad, 80 tuvieron magnitudes entre 0,7 y 3,5, la mayoría el mismo día que el sismo principal, y seis este domingo, señala el Ovsicori, perteneciente a la Universidad Nacional.
Explica que la característica principal de la sismicidad es que se ubican en los primeros 10 kilómetros de profundidad, entre San José de la Montaña y la Virgen del Socorro de Sarapiquí.
Tres réplicas, indica, alcanzaron magnitudes 3,4, 3,5 y 3,2, las cuales fueron sentidas por pobladores cercanos a la zona epicentral.
Después del terremoto principal, no se notan cambios en la actividad volcánica en el coloso Poás, y ésta es similar a la presentada días anteriores al sismo de magnitud cinco, sin erupciones o temor, puntualiza el Ovsicori.
Los movimientos telúricos son frecuentes en Costa Rica, pues está asentada sobre las fallas tectónicas Coco y Caribe, así como el país presenta numerosos desperfectos locales.
npg/ale