El comandante de esa fuerza, Ahmad Ali Gudarzi, envió una mensaje a Washington expresando que «el Ejército terrorista de Estados Unidos no está autorizado a navegar libremente en estas aguas», mientras hizo hincapié en que los países ribereños son los que deben ocuparse de la seguridad de esa estratégica zona.
Gudarzi recordó que no es al primera vez que se ocupan armamento fabricado en esa nación norteña e informó que tan sólo en los últimos cuatro meses en enfrentamientos con bandidos armados en las zonas fronteras del país, se confiscaron más de tres mil rifles de asalto de distintos calibres.
Expresó que las Fuerzas Armadas de la república islámica son más poderosas que nunca, vigilan todas las amenazas potenciales que pudiese afrontar el país y aseguró que la seguridad reina en los 8 mil 755 kilómetros de fronteras.
El Gobierno persa ha advertido siempre que la seguridad del golfo y el estrecho de Ormuz es su línea roja, por lo que sus Fuerzas Armadas mantienen un monitoreo constante ante cualquier movimiento de buques enemigos en estas aguas cruciales.
Los altos jefes militares, por su parte, subrayan que aunque la doctrina de defensa militar del país se basa completamente en la disuasión, no dudarán en reponder ante las agresiones y hostilidades de sus enemigos.
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