El jolgorio atrajo la atención de más de 60 mil turistas extranjeros en todos estos días, en los que hubo jornadas en escenarios como la Cinta Costera de la capital, en el que la celebración reunió a más de 14 mil personas, como la víspera que se disputaron un espacio para despedir las festividades en el cierre de un largo feriado.
El desfile y la actuación de intérpretes en tarimas temáticas que apenas apagaron sus luces esta madrugada, iniciaron como es habitual con la entrada de Domitila y Tiburcio, muñecos que lucen atuendos típicos y parodian al campesino que viene a vivir en la capital.
Según historiadores, el nombre de Domitila surgió de un conocido tema del cantante cubano Rolando Laserie, «Domitila donde va»; y su surgimiento se remonta a los años entre 1956 y 1960.
Las reinas y princesas en las diversas provincias y también en la capital derramaron lágrimas por el fin de las fiestas, aunque luego al ritmo de las murgas invitaron a disfrutar en familia cada minuto.
Las comparsas populares inauguraron un desfile que es una mezcla de ritmos y danzas nacionales, como afirmara a Prensa latina, el director del colectivo Caña Brava, de la localidad de Calidonia, fundada en 1977.
Tras dos años de pandemia de Covid-19, dijo, es esta una oportunidad única de mostrar nuestro arte, que sale de los barrios más humildes, y esperamos poder contar con mayor respaldo institucional y económico si la pretensión es exaltar el aporte cultural de estas agrupaciones.
Entre esas agrupaciones también sobresalieron la Comparsa de Roberto Durán, Los indios Somalíes, Socca New York,Los Costeños, Bahía Zamba Panamá, Calypsos del Marañón, Cuipeños All Start, Sabor Huerteño y La Zafra, entre otras.
Sobre el tema, Tomás Segundo, quien forma parte de la directiva de la Asociación de Comparsas de Panamá y director de la agrupación Calypso del Marañón, resaltó que estas expresiones culturales representan la esencia del Carnaval y han contribuido a que permanezca vigente.
El administrador general de la Autoridad de Turismo de Panamá, Iván Eskildsen, explicó a la prensa que en 2023 se ha querido destacar el aporte de las comparsas con el objetivo de promover ese el patrimonio cultural inmaterial de la nación.
Un férreo dispositivo de seguridad, denominada Operación Alfa, se mantiene en todo el istmo, que incluye el control en carreteras ahora con el retorno a la capital de varias familias que prefieren disfrutar de estas fiestas en el interior del país.
Entre esas celebraciones destacan las de Las Tablas (Los Santos) con las disputas barriales de Calle Arriba y Calle Abajo; en la localidad de Parita (Herrera) con su carnaval familiar; o el distrito de San Félix o Dolega (Chiriquí), así como las provincias de Colón y Bocas del Toro, entre otras.
Según pronósticos oficiales, los Carnavales 2023 podrían generar para Panamá ingresos en el orden de los 400 millones de dólares y de acuerdo con el director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, Samuel Moreno, entre los sectores más beneficiados están el turismo, la aviación, la industria alimenticia y los restaurantes y hoteles.
jha/ga