Para lograr transparencia y que transcurran de forma pacífica tales sufragios, a los que se les adicionan también las legislativas, el pasado miércoles los principales aspirantes con mayores opciones para ser Jefe de Estado, entre 18, suscribieron un acuerdo de paz.
Figuran en la lista de firmantes del pacto Bola Ahmed Tinubu, de la gobernante formación política Congreso de Todos los Progresistas; el exvicepresidente Atibu Abubacar, del opositor Partido Popular Democrático; y el exgobernador Peter Obi, del Partido Laborista.
Todos ellos suscribieron el convenio ante el temor de que unos comicios reñidos puedan ser impugnados y desencadenen aún más la violencia y el caos. En caso de desacuerdo con los resultados deberán recurrir a los tribunales.
Vale decir que, con anterioridad, el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari (con dos mandatos electorales) llamó a los candidatos y a los votantes a mantener seguro este país, sin disturbios durante y post ejercicio democrático.
Los temores de que resurjan brotes de violencia por estos días no son infundados, si nos atenemos a los datos suministrados por la Comisión Nacional Electoral Independiente.
De acuerdo con un informe de ese organismo, de 2019 a 2022 se registraron en este territorio más de 50 ataques contra oficinas comiciales, la mayor parte de ellos en estados como Imo, Osun, Enugu, Akwa Ibom, Ebonyi, Abia y Cross River. Al margen de esa situación, el mes de enero último en el territorio nacional se reportaron 15 secuestros de personas, incluido un agente policial, y 30 asesinatos, entre ellos 11 integrantes del cuerpo de seguridad, corroboraron diversas fuentes.
Para asegurar el decurso pacífico del plebiscito, en el país se desplegó, por otra parte, una comisión de 90 observadores de la Unión Africana, liderada por el expresidente kenyano Uhuru Kenyatta, la cual verificará la distribución de material electoral, votantes inscriptos y mecanismos para recuento de votos.
También, cientos de agentes policiales y voluntarios custodian los centros electorales, los cuales acogerán a 93,5 millones de votantes, un gran porciento de ellos jóvenes.
Diversas fuentes advirtieron, asimismo, que en algunos lugares podría perturbarse la paz por la presencia y actuación de grupos como Boko Haram, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental y bandas delincuenciales.
Precisamente la necesidad de erradicar tales entes y otros tópicos, como la reactivación económica, la disminución de una elevada inflación y el combate contra la corrupción, constituyen preocupaciones del electorado, que votará, sin dudas, por el candidato que mejor satisfaga sus intereses.
Aunque tanto el candidato Tinubu como Abubakar son los aspirantes a la presidencia con mayor fuerza ya que sus partidos políticos tradicionales tienen una amplia base electoral, entendidos consideran que no se puede descartar a Obi, quien lidera las preferencias en cinco recientes sondeos de opinión.
Obi, de 61 años, ascendió puntos porcentuales de cara a las venideras elecciones, al movilizar a través de las redes sociales a grupos de jóvenes, que piden un cambio en esta nación, donde cuatro de cada 10 personas viven por debajo del umbral de pobreza, apuntó el portal digital The East African.
En el marco de un complejo panorama social y político en Nigeria se desarrollarán mañana las elecciones presidenciales y legislativas, a las cuales sucederán el venidero 11 de marzo los sufragios para gobernadores en 28 de los 36 estados y autoridades locales.
Resulta pertinente decir que, según la ley electoral, para ganar las presidenciales el candidato vencedor solo necesita una mayoría simple, siempre que obtenga una cuarta parte de los votos en al menos dos tercios de las 36 entidades.
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