«Tenemos un proyecto de ley en el Senado que tiene como objetivo 4,5 mil millones de dólares. Tenemos otro en la Cámara (de Diputados) de nueve mil millones. Es bipartidista en las dos casas. Pero tendremos una lucha para hacer que las cosas pasen por ese canal específico», afirmó Kerry durante una conferencia de prensa en el Ministerio de Medio Ambiente.
Junto a la ministra brasileña de esa cartera, Marina Silva, el enviado especial reforzó la necesidad de inversiones en proyectos para reducir mudanzas en el medioambiente del gigante suramericano, como mitigación y adaptación climática.
Reiteró la importancia de trabajar con el Congreso estadounidense y empresas privadas para apoyar el Fondo Amazónico. Una de estas políticas es el Plan para Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonia.
Pese a los buenos deseos y el compromiso del consejero visitante, Estados Unidos es el principal responsable de la liberación de CO2 a la atmósfera, con 577,578 toneladas emitidas entre 1850 y 2016, según un estudio del World Resources Institute.
Kerry insistió en su compromiso con el Fondo Amazónico, pero «también con otras entidades, a trabajar bilateralmente (con Brasil) en ciencia y desarrollo».
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva conversó con su par norteamericano, Joe Biden, el 10 de febrero en Washington y, entre otras cuestiones, abordaron acciones concretas con la finalidad de contener el cambio climático y preservar el medioambiente.
También el 8 de febrero, la ministra de Relaciones Exteriores de Francia, Catherine Colonna, afirmó que su Gobierno reconoce la importancia de la Amazonia brasileña y estudia, al igual que la Unión Europea, formas de ayudar financieramente.
«Me gustaría enfatizar la importancia que damos al Fondo Amazónico. Francia estudia la posibilidad de una contribución bilateral, así como la Unión Europea otra de una contribución», dijo Colonna tras un encuentro con su similar brasileño, Mauro Vieira.
Costeado por Noruega y Alemania, este mecanismo sufraga proyectos que apuntan a la preservación de la selva y el desarrollo sostenible de la región.
Fue paralizado durante el gobierno del derrotado mandatario Jair Bolsonaro (2018-2022), que desestructuró órganos de control y supervisión en el área ambiental.
Lula conversó además el 26 de enero, por teléfono, con su homólogo francés, Emmanuel Macron, a quien ratificó su invitación para un viaje a Brasil, con la finalidad de profundizar la labor conjunta sobre el cambio climático.
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