El documento avala la continuidad de la asistencia no reembolsable por el Gobierno nipón, lo que facilitará la ejecución de inversiones a escala local y el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones rurales.
La firma del instrumento jurídico corrió a cargo del secretario de Estado para la Cooperación Internacional y las Comunidades Angoleñas, Domingos Custódio Vieira Lopes, y el embajador Suzuki Toru, por la contraparte.
Según apreció el representante de la cartera de Relaciones Exteriores, el acuerdo permitirá la adquisición de piezas de repuesto para maquinarias de desminado, mediante un donativo por 350 millones de yenes (equivalentes a unos 2,5 millones de dólares).
Buena parte del equipamiento utilizado en la remoción de minas es de procedencia japonesa como resultado de años de cooperación bilateral, y el nuevo convenio ayudará al mantenimiento, la reparación y la modernización del parque en uso, señaló Suzuki Toru.
El jefe de legación también confirmó que las autoridades de su país continúan el trabajo con sus pares de Angola, así como con organizaciones no gubernamentales y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) para el aporte de financiamiento, equipos, capacitación y transferencia de tecnología, lo que suma más de 20 millones de dólares.
Al decir de Vieira Lopes, se trata de una contribución decisiva para acabar con las zonas minadas, devolver la tranquilidad a las familias de las áreas rurales e incrementar las tierras aptas para la práctica de la agricultura.
La colaboración entre los dos estados cubre otras importantes esferas, entre ellas, salud, educación, enseñanza superior, agricultura, energía y agua.
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