El jefe de la estación ferroviaria de Lárisa (centro), señalado como responsable de la catástrofe, fue detenido el miércoles y será acusado de homicidio culposo y lesiones corporales, después de que las autoridades atribuyeran el suceso a un error humano.
El hombre, de 59 años, se expone a prisión perpetua en caso de ser condenado y deberá explicar cómo un tren de pasajeros pudo circular en la misma vía que otro de carga en dirección opuesta.
Mientras, el ministro de Transporte presentó su renuncia horas después del accidente.
La investigación en curso analizará retrasos en la ejecución de los trabajos de mantenimiento, debido a deficiencias crónicas del sector público y décadas de fracasos, según fuentes policiales.
El portavoz del Gobierno, Yiannis Economou, dijo que cinco años después de la privatización de la compañía ferroviaria Hellenic Train, vendida al grupo italiano Ferrovie dello Statto, los sistemas de seguridad todavía no están automatizados.
Como parte de la investigación trascendió que, según los sindicatos ferroviarios, desde hace años se conocen las deficiencias de esa línea entre esta capital y Tesalónica.
Entre tanto, con el paso del tiempo, la posibilidad de encontrar sobrevivientes disminuye, pese al intenso trabajo de los equipos de rescate y en ese escenario el Ejecutivo decretó tres días de duelo nacional.
La víspera, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis aseguró que el accidente sería investigado a fondo, pero que “todo demuestra que el drama se debe a un trágico error humano”.
Tras la colisión hubo un incendio que provocó más víctimas fatales y un terror agregado entre las víctimas aún atrapadas bajo los escombros, según imágenes y declaraciones de algunos testigos, difundidas por la televisión nacional.
Roubini Leontari, forense del hospital de Lárisa, dijo a la cadena ERT que todavía hay 10 personas desaparecidas, incluidos dos ciudadanos de Chipre.
Mientras proseguían las labores de rescate, en las afueras de Hellenic Train estalló una violenta protesta la víspera y la policía utilizó gases para dispersar a los manifestantes.
En Lárisa los habitantes organizaron una vigilia con flores para recordar a las víctimas, en su mayoría estudiantes menores de 20 años.
De su lado, la Confederación panhelénica de ferroviarios, que reúne a todos los sindicatos del gremio, convocó una huelga de 24 horas para denunciar “la falta de respeto del Gobierno hacia su sector, que ha visto desdeñadas sus demandas de mejoras laborales”; y los trabajadores del metro de esta capital anunciaron la suspensión del servicio por varias horas.
En los hospitales en Lárisa, Tesalónica y Katerini atienden a decenas de heridos, en tanto cientos de personas acudieron a donar sangre.
El Gobierno decretó tres días de duelo nacional, y el ministro de Transporte presentó su renuncia horas después del accidente, pero analistas consideran que la tragedia puede incidir negativamente en las aspiraciones de reelección de Mitsotakis, quien pudiera convocar a nuevos comicios en abril.
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