Desde hace tres días las bandas organizadas en el grupo G-9 y aliados asedian las zonas situadas en el corazón de Puerto Príncipe, muy cerca del Palacio Nacional, empujando a los residentes a abandonar sus viviendas con las pocas pertenencias que podían cargar.
Las imágenes de mujeres con niños huyendo en medio de un concierto de disparos inundaron las redes sociales, mientras los ciudadanos pedían ayuda de las autoridades.
De acuerdo con medios de prensa, varias personas sufrieron heridas, aunque todavía se desconoce el balance total de los daños humanos y materiales.
Lo anterior es solo la más reciente acción de las pandillas que cada vez controlan territorios más amplios de la capital, mientras que las operaciones policiales no han dado los resultados esperados.
La víspera, la pandilla Kraze baryè, liderada por Vitelhomme Innocent atacó e incendió la comisaría de Fort-Jacques, al este de esta capital, quemó todos los vehículos estacionados y se posicionó en las inmediaciones.
“La comuna de Kenscoff es entregada en manos de los matones; las pandillas matan, secuestran y roban la propiedad de ciudadanos pacíficos con impunidad. Lo que es peor, incluso logran incendiar la subcomisaría de Fort-Jacques”, lamentó este jueves el exdiputado de la localidad Alfredo Antoine.
La violencia de las pandillas se disparó en Haití desde el asesinato del expresidente Jovenel Moïse y en 2022 se registraron más de dos mil asesinatos y un millar de secuestros.
En enero, hombres armados atacaron la comisaría de Liancourt en Artibonite y mataron a siete policías, mientras que en comunas como Verrettes las pandillas practican la violación en grupo contra mujeres y niñas, además de saquear las viviendas.
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