El interrogatorio se realizó a puerta cerrada después que la mandataria llegara en medio de un fuerte despliegue de seguridad, sin contacto con un enjambre de periodistas que la esperaba, pues su automóvil oficial ingresó raudamente al parqueo ubicado en el subsuelo del edificio del Ministerio Público.
La mandataria salió en el alto oficial, sin hacer declaraciones a los reporteros, que fueron impedidos de acercarse.
Sobre las declaraciones, solo se conoció un Twitter de la Presidencia que indica que Boluarte “culminó su presentación ante la fiscalía, donde brindó declaraciones respecto a las investigaciones que sigue el Ministerio Público”.
Sin embargo, el diario conservador El Comercio citó fuentes de ese organismo judicial, según las cuales la audiencia se suspendió debido a que está pendiente un recurso de la Procuradoría del Estado para que se le permita presentarse en el interrogatorio, lo cual le niega la Fiscalía.
La visita de la presidenta a la Fiscalía fue precedida por sus resistencias a presentarse en esa sede y sus pedidos de responder por teleconferencia o que los interrogadores le tomen sus declaraciones en el Palacio de Gobierno.
La investigación que le atañe está referida a las muertes de manifiestantes muertos por armas de fuego en regiones andinas en protestas desatadas tras asumir Boluarte la presidencia el 7 de diciembre pasado, como vicepresidenta y sucesora de Pedro Castillo, por su destitución y detención ese mismo día.
La administración de Boluarte se caracteriza por su impopularidad expresada en encuestas que le acreditan un rechazo masivo y una también mayoritaria demanda de elecciones adelantadas, así como más de 50 por ciento de simpatía con las protestas.
Pese a tiempo transcurrido, las protestas e incidentes continuaron hoy de madrugada, cuando una mujer resultó herida de bala en un enfrentamiento entre militares y manifestantes, en Desaguadero, ciudad de la región surandina de Puno y limítrofe con Bolivia, según informes médicos y de prensa.
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