A partir de las 12:00, hora local, deberán cesar las hostilidades, en concordancia con el anuncio hecho el pasado viernes por el presidente de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos y mediador de la Unión Africana (UA) en la actual crisis entre la RDC y la vecina Ruanda, el jefe de Estado angoleño, João Lourenço.
Una delegación del grupo insurgente permaneció desde el martes 28 de febrero hasta el viernes 3 de marzo en Luanda por invitación de Lourenço, quien envió luego una comitiva oficial a Kinshasa para informar los resultados a su homólogo congoleño, Félix Tshisekedi.
La emisora Radio Okapi destacó este martes que los recientes contactos de Luanda respondieron a una decisión de la Unión Africana, adoptada el 17 de febrero en Addis Abeba, Etiopía, tras fracasar anteriores intentos para el cese de las hostilidades, el acantonamiento y la posterior desmovilización de las fuerzas del M23.
Según el medio de prensa, los insurgentes y sus patrocinadores multiplicaron desde el domingo los ataques contra posiciones de las Fuerzas Armadas en los territorios de Masisi y Rutshuru, con lo cual ocuparon nuevas localidades.
No obstante, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, saludó ayer las gestiones del presidente de Angola, nombrado “Campeón de la Unión Africana por la Paz y la Reconciliación”.
El representante de la ONU instó al M23 a respetar el alto el fuego, a fin de crear las condiciones para su retirada plena y efectiva de todas las zonas ocupadas en el este de la RDC y recordó el incumplimiento de lo acordado en noviembre de 2022 en una minicumbre en Luanda.
Asimismo, condenó todos los actos de violencia contra los civiles y renovó su llamamiento a todos los grupos armados congoleños y extranjeros a deponer sus armas y al desarme incondicional.
Aunque la atención mediática centra su interés en el M23, esta agrupación es apenas una de las tantas existentes en el Congo democrático, sumido hace más de dos décadas en un sangriento conflicto armado, conveniente muchas veces para adversarios políticos y competidores económicos internos y externos.
Víctima de secular saqueo, el territorio de la RDC figura entre los más ricos del continente africano por sus recursos naturales, entre ellos el petróleo, el gas natural y codiciados minerales a escala internacional como cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, tántalo y coltán, mientras la mayoría de la población continúa en la pobreza estructural.
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