Trabajará en la política, se reunirá con los directores y caminará con los estudiantes, con el fin de ayudar a finalizar un documento integral para proteger los centros, explicó el titular de la cartera, Shawn Edward.
El objetivo va más allá del horario laboral, pero permitirá en esencia establecer medidas para garantizar la seguridad de los alumnos durante su estancia en las instituciones, detalló.
La dinámica de la sociedad en general en lo que respecta al crimen se infiltró en las escuelas de Santa Lucía, abundó la máxima autoridad del sector educativo aquí.
Recurriremos siempre a aquello que esté en el ámbito de la ley, aseguró, mientras se inclinó por el enfoque de la asesoría a los niños en edad escolar, tratar de modificar el comportamiento tanto como sea posible, remarcó.
Empero, cuando nos enfrentamos a casos de quienes entran en conflicto con lo establecido y, por sus acciones, se convierten en una amenaza para el entorno escolar y la sociedad, no desperdiciaremos esfuerzos ni tiempo para llevarlos ante la justicia, enfatizó Edward.
Señaló la intercepción de armas en las escuelas y eligió a los maestros y directores que tuvieron intervenciones fuera de sus responsabilidades principales.
Hace una semana y media me reuní con el alto mando de la Policía Real de la isla, donde discutimos el tema de la seguridad escolar en general, contó el ministro.
Planteó la posibilidad de tener presencia de fuerzas del orden en algunas escuelas de vez en cuando para disuadir y guiar a los estudiantes y al personal sobre las medidas.
La violencia de las pandillas en el Caribe requiere medidas que tengan el efecto de aportar estabilidad interna, sugirieron analistas.
Nuestra propia existencia social y económica está amenazada si no somos capaces de detener este flagelo en todo el territorio, advirtieron políticos de Santa Lucía.
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