Acorde con reportes de medios de prensa, se espera que tanto los miembros republicanos como los demócratas del Comité Senatorial de Medio Ambiente y Obras Públicas interroguen a Alan Shaw, director ejecutivo de Norfolk Southern, la compañía ferroviaria que operaba el tren accidentado.
A pesar de las diferencias de política sobre temas energéticos y climáticos, los miembros del Congreso estuvieron en gran medida unidos en pedir que los directivos de la empresa rindan cuentas por el proceso de limpieza y por cualquier riesgo para la salud de los residentes locales, aseveró un análisis divulgado en el diario The Hill.
Vamos a investigar los impactos ambientales, de salud pública y en relación a la seguridad de lo que sucedió, veremos la respuesta local, estatal y federal, y examinaremos el esfuerzo continuo para proteger a los residentes, expresó a propósito de la vista la senadora republicana Shelley Moore Capito.
Esta audiencia será la primera realizada en el Congreso sobre el suceso, pero Capito sugirió que podría haber más.
Según The Hill, es probable que la sesión aumente la presión en torno al presidente Joe Biden para visitar East Palestine.
Desde el accidente del 3 de febrero, por el cual se liberaron químicos nocivos para la salud a la atmósfera, la pequeña comunidad de Ohio vive una crisis ambiental y sus pobladores temen por el envenenamiento del aire, el agua y el suelo con sustancias cancerígenas como el cloruro de vinilo.
El director científico del Centro para la Salud, el Medio Ambiente y la Justicia, Stephen Lester, alegó que la contaminación por dioxinas constituye uno de los riesgos latentes que se ciernen hoy sobre esa localidad.
Estos compuestos, dijo, se forman cuando se queman productos químicos a base de cloro y, debido a su elevada toxicidad, pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con las hormonas y, de ese modo, causar cáncer.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos realiza muestreos para detectar la presencia de sustancias como clorobencenos y clorofenoles, que sugieren una posible presencia de los químicos contaminantes, según una carta firmada por el administrador nacional de esa instancia, Michael Regan, y la directora regional Ohio, Anne Vogel.
Si bien más de mil 700 toneladas de suelo y desechos sólidos fueron retirados del área, Lester advirtió que es imposible conocer el efecto de la limpieza, o cómo manejar adecuadamente el material removido sin saber dónde y cuántas dioxinas están presentes.
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