Según la nota oficial, el juzgado declaró probado que el sentenciado, residente en Italia, era el beneficiario final de altas sumas de dinero que les fueron entregadas, en su mayoría en efectivo, las cuales procedieron del delito de corrupción, producto de proyectos estatales.
En este proceso también está impugnado el expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014) y sus dos hijos, Luis Enrique y Ricardo Alberto, quienes llegaron al país en enero último tras cumplir sentencias en Estados Unidos por aceptar sobornos de la constructora brasileña Odebrechet.
El Juzgado Segundo Liquidador de Causas Penales del Primer Circuito Judicial indicó en su dictamen que el acusado es responsable del delito de blanqueo de capitales por cuanto dinero recibido de manera personal a través de terceros e interpuestas personas con pleno conocimiento de su origen ilícito.
Según se conoce, el proceso investigativo del caso Blue Apple comenzó el 30 de octubre de 2017 y se refiere a una sociedad anónima creada con ese nombre, pero cuyo fin era recibir dinero de coimas y sobornos provenientes de contratos con el Estado.
El tribunal decidió además para De Obarrio como pena accesoria el pago al Tesoro Nacional de 5,9 millones de dólares, en un lapso de 24 meses, una vez cumplida la pena principal, lo cual equivale al doble del beneficio económico recibido.
En su momento, el Misterio Público precisó que más de 50 personas estaban imputadas en este caso debido al pago de sobornos a cambio de contratos con el Estado y que involucra a empresas constructoras locales y extranjeras del 2011 al 2014, en el cual se utilizaron 82 millones de dólares en lavado de dinero.
De Obarrio permanece prófugo de la justicia, y se mantiene residiendo en Italia, como ciudadano de ese país.
Las autoridades panameñas pidieron a Roma que extraditara a De Obarrio, pero la solicitud fue negada por un Tribunal de Milán que lo dejó en libertad alegando que entre las dos naciones no existe un tratado de extradición, indicaron medios de prensa.
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