El titular, quien dirigió la EDH en la década de 1990 aseguró a Radio Métropole que esa estrategia podría dar resultados convincentes en un plazo de dos años y evitar la quiebra de la compañía pública.
De acuerdo con el ingeniero, se precisan más de mil millones de dólares para reactivar la entidad y el Estado no dispone de los recursos.
Pradel reconoció que la producción actual de la EDH es insignificante con respecto a la demanda, ya que las centrales térmicas no pueden funcionar por la falta de combustible mientras que la hidroeléctrica de Péligre está parada por la sequía.
“Sólo E Power suministra 30 megavatios a la red”, dijo el ministro y prometió una ligera mejoría en las próximas dos semanas con la reanudación de la terminal de Carrefour.
Desde inicios de febrero Haití sufre un grave racionamiento del suministro eléctrico y la compañía explicó que la intensa sequía mantiene en los mínimos los niveles de la presa, lo cual afecta la generación.
La semana pasada, EDH denunció ataques de vandalismo contra la subestación de Carrefour-Feuilles que dejaron inoperativas las instalaciones, afectando los barrios de Carrefour-Feuilles, Savanne Pistache, Decayette, Route des Dalles, Rue Capois, Place Jérémie, Magloire Ambroise, Avenue N, Turgeau, Pacot y Débussy.
No obstante, la problemática no es reciente pues en las últimas décadas muchos funcionarios consideraron que la EDH constituía una carga para el Estado, pues solo ofrece servicios a cerca del 40 por ciento de la población y presenta irregularidades en el cobro.
Y esto sucede a pesar de que solo uno de cada tres haitianos tiene acceso a la electricidad durante algunas horas diarias y el servicio es uno de los más costosos de la región.
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