«El papel del Estado es cuidar a la gente. Cuidar, cuidar antes de que las personas cometan cualquier delito, pero también cuidar tras cometerlo, y la perspectiva de hacer que esa persona vuelva a tener una convivencia social tranquila en la sociedad brasileña. Y, sobre todo, cuidar de las mujeres», señaló.
Aseguró que cuanto más policía necesitas, menos Estado tienes y resulta necesario su intervención «en las condiciones de vida de las personas, en la calidad de la educación, del transporte, de la salud, de la calle en que viven las personas, de la recolección de aguas residuales, con todo lo que la sociedad necesita para vivir bien».
Con Pronasci, el fundador el Partido de los Trabajadores recupera el programa de seguridad que promovió en sus dos mandatos anteriores (2003-2010), con la finalidad de reducir la violencia y acrecentar la presencia del Estado en los contornos de las ciudades.
En la ocasión, fueron entregados 270 vehículos de las patrullas Maria da Penha, un servicio para ofrecer acompañamiento preventivo periódico y garantizar una mayor protección a las mujeres en situación de violencia doméstica y familiar.
También el Gobierno anunció la construcción de 40 unidades de la Casa de la Mujer, instituciones para apoyar a mujeres víctimas de agresión doméstica.
Además del combate a la violencia contra las féminas, el Pronasci fomenta políticas de seguridad con ciudadanía, busca el foco en el trabajo y enseñanza formal y profesional para presos y egresados, da soporte a víctimas de la criminalidad y combate el racismo estructural.
La coordinadora del programa, Tamires Sampaio, exaltó la capacidad que las políticas públicas vistas de forma articulada tienen para transformar vidas.
«Me enorgullece coordinar un programa que entiende que seguridad se construye con garantía de derechos, combate a la desigualdad, promoción de la dignidad y fortalecimiento de las fuerzas, con capacitación, equipos y valorización de comisarías y batallones», manifestó.
Recordó que cada seis horas una mujer es víctima de feminicidio en Brasil, donde cada 23 minutos una persona negra es blanco de la violencia.
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