La entidad, adscrita al ministerio de Hacienda, realizó un análisis de los acontecimientos generados por el cierre del estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) tras un masivo retiro de depósitos que superó su disponibilidad de liquidez.
Este fue el mayor derrumbe financiero ocurrido en ese país desde la crisis financiera global de 2008 y a pesar de que el mismo presidente, Joseph Biden, trató de tranquilizar a los usuarios asegurándoles la integridad de sus fondos, esto no fue suficiente.
Pocos días después una situación parecida ocurrió con el Signature Bank, con sede en la ciudad de Nueva York y agencias en las principales ciudades de Estados Unidos, dedicado particularmente a los préstamos en el sector de las criptomonedas.
En las últimas horas las preocupaciones generadas por la caída del SVB alcanzaron al First Republic Bank, cuyas acciones comenzaron a perder valor en los mercados bursátiles.
Al otro lado del Atlántico, el Credit Suisse debió recibir una importante inyección financiera del Estado para evitar que corriera un destino similar, si bien todavía la situación es incierta.
Tras su reunión de este viernes el CEF chileno envió un mensaje de tranquilidad al país y recordó que las regulaciones impuestas a las entidades financieras aquí son muy diferentes a las de Estados Unidos.
En primer lugar, tienen plena vigencia las normas del acuerdo de Basilea III, un instrumento internacional creado a raíz de la crisis de 2008 para supervisar el estado de liquidez y solvencia de las entidades bancarias, sin excepciones.
Además, el Banco Central de Chile y la Comisión para el Mercado Financiero realizan un seguimiento permanente destinado a medir el nivel de resistencia ante eventos extremos, mediante pruebas diseñadas al efecto.
En Estados Unidos, por el contrario, durante la administración de Donald Trump (2017-2021) se relajaron las normas de control y fiscalización y permitieron a los bancos asumir más riesgos financieros para beneficiar a sus propietarios o accionistas.
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