Un gran jurado de Nueva York consideró que existen evidencias suficientes para presumir la existencia de una conducta criminal por parte del magnate, el primer exgobernante de la nación que se ve envuelto formalmente en un caso penal.
La acusación ocurre después de que Alvin Bragg, fiscal de distrito de Manhattan, iniciara una investigación sobre la participación de Trump en pagos secretos a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, que recibió 130 mil dólares solo unas semanas antes de las elecciones presidenciales en 2016, refirió el diario The Hill.
Un pago silencioso en sí mismo no constituye un delito, aclaró la fuente, pero expertos legales sostienen que la acusación, cuyos detalles se mantienen en secreto, se centra en cargos de falsificación de registros comerciales.
Los cargos acontecen justo cuando el expresidente lleva a cabo una campaña con el fin de postularse nuevamente para la Casa Blanca en 2024, y lidera el campo por un amplio margen en la incipiente carrera por la nominación republicana, según encuestas.
Aun cuando el escenario parece adverso, el equipo de Trump busca sacar provecho del contexto.
Los asistentes del exocupante del despacho oval, divulgó un reporte del medio Politico, se mueven agresivamente para capitalizar políticamente la noticia, y la usan para llenar sus arcas de recaudación de fondos, movilizar a los leales y consolidar aun más su control sobre su base de seguidores en las primarias presidenciales del Partido Republicano.
Acorde con la publicación, su equipo difundió una declaración de Trump llamando a los cargos “Persecución política e interferencia electoral al más alto nivel en la historia”, a lo que le siguió un llamamiento para conseguir financiamiento, y luego una avalancha de declaraciones de simpatizantes que se apresuraron a defender al magnate.
El expresidente se ha encontrado en peligro legal antes, pero una acusación contra un exlíder no tiene precedentes, y existe una convicción basada en esa historia de que lo fortalecerá políticamente, añadió el análisis.
Hasta el momento, está previsto que Trump sea procesado el martes venidero y comparezca ante un tribunal en el Bajo Manhattan ese día para la lectura de los cargos.
Si bien el desenlace está por verse, algunos analistas ven en la imputación un error estratégico, pues el caso representa la acusación menos grave que podría enfrentar Trump ahora mismo.
Esas otras investigaciones incluyen la indagación en el estado de Georgia sobre sus esfuerzos para anular los resultados de las elecciones de 2016, los exámenes del Departamento de Justicia de su papel en la instigación al ataque del 6 de enero de 2021 a la sede del Congreso, y el hallazgo de documentos clasificados en su residencia de Florida. Dada la gravedad de los posibles cargos en estos casos pendientes, algunos liberales temen que la decisión de Bragg socave cualquier acusación posterior, señaló The Hill.
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