Durante un discurso público en Washington en las vísperas de las reuniones de primavera del FMI, la directiva señaló la cifra de crecimiento más baja desde la década de los 90 como un detonante de más obstáculos para “reducir la pobreza, curar la economía de las heridas de la crisis y proveer de nuevas y mejores oportunidades para todos».
Argumentó que, durante el año en curso, se espera que la economía mundial crezca menos del 3,0 por ciento y que alrededor del 90 por ciento de las economías avanzadas experimenten una disminución en su tasa de crecimiento.
A la espera de las previsiones actualizadas de crecimiento del FMI -que se darán a conocer la próxima semana-, Georgieva aseguró que el crecimiento mundial se mantendrá en torno al 3,0 por ciento durante los próximos cinco años, “el pronóstico de crecimiento a mediano plazo más bajo desde 1990, y muy por debajo del promedio del 3,8 por ciento de las últimas dos décadas”.
Sobre las causas de esta situación detalló que los últimos años se han sentido «como escalar una gran colina tras otra, solo para descubrir que hay muchas más por venir, primero con la Covid-19, luego con la guerra de Ucrania y finalmente, con una alta inflación”.
«Hasta ahora, hemos demostrado ser escaladores resistentes. Pero el camino por delante, y especialmente el camino de regreso al crecimiento robusto, es áspero y confuso, y las cuerdas que nos mantienen unidos pueden ser más débiles ahora que hace unos años», apuntó.
La directora del FMI dijo además que existen diferencias entre los grupos de países. “El crecimiento provendrá de las economías emergentes y Asia especialmente es un punto brillante», dijo.
«Se espera que India y China representen la mitad del crecimiento mundial en 2023», precisó también.
Por el contrario, la actividad económica se está desacelerando en los Estados Unidos y la zona del euro, donde las tasas de interés más altas pesan sobre la demanda, explicó.
Para enfrentar la situación global, Georgieva consideró que con vistas a mejorar las expectativas de crecimiento tanto a corto como medio plazo, hay que priorizar la lucha contra la inflación y salvaguardar la estabilidad financiera.
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