El incidente ocurrió en horas de la madrugada de este domingo en el vecindario Parramore de Orlando, informó el Departamento de Policía local.
Tras una llamada de emergencia, los oficiales encontraron a dos adultos y un niño con heridas de bala cuando ingresaron a la casa, aunque los trasladaron al hospital no pudieron salvarse.
Sobre el sospechoso informaron “que salió de la casa y disparó a los oficiales que devolvieron el fuego”, luego fue transportado a un hospital y se confirmó su muerte, indicaron las autoridades.
Ninguno de los dos policías involucrados en la respuesta a tiros sufrió heridas y ambos fueron puestos en licencia administrativa paga después del suceso, ya que varias agencias locales y estatales abrieron investigaciones sobre cómo se manejó la respuesta.
“Al igual que con todos los tiroteos involucrados con oficiales, el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida llevará a cabo una revisión independiente del incidente, seguida por la oficina del Fiscal del Estado”, dijo el jefe de policía de Orlando, Eric Smith.
Las imágenes de las cámaras corporales de los dos oficiales que respondieron a la llamada estarán disponibles para el público dentro de los próximos 30 días.
Este es el segundo tiroteo que se reporta este fin de semana en el país, el primero ocurrió el viernes en una playa de Carolina del Sur, donde al menos seis personas, algunas de ellas adolescentes, resultaron heridas.
Estados Unidos experimenta desde 2020 más de 600 tiroteos masivos cada año y, según los datos recabados por el sitio Gun Violence Archive, eso implica un aumento de más del 75 por ciento en relación a esos eventos entre 2016 y 2022.
Solo en este año ocurrieron ya 94 de estos trágicos sucesos y un total de seis mil 975 personas perdieron la vida por dicha causa, de los cuales 285 son menores de 17 años.
El verano pasado el presidente Joe Biden firmó un proyecto de ley bipartidista sobre seguridad de las armas.
La normativa refuerza los controles de antecedentes para los compradores de entre 18 y 21 años, pero no establece impedimentos para los rifles de asalto, presentes en los tiroteos más mortíferos de la nación.
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