Específicamente, el sondeo de la Fundación Kaiser Family (KFF, por sus siglas en inglés) señaló que aproximadamente una de cada cinco personas dijo aber sido amenazada con un arma, mientras uno de cada seis individuos reveló que presenció personalmente un tiroteo.
Asimismo, 20 por ciento de los pesquisados alegó que al menos un miembro de su familia resultó herido por un arma de fuego, y 19 por ciento refirió que un pariente falleció a causa de las balas, incluida la muerte por suicidio.
El estudio de KFF encontró que las experiencias con tiroteos son generalizadas, pero aun más comunes entre la comunidad afrodescendiente.
Los adultos negros tienen aproximadamente el doble de probabilidades que sus pares blancos de decir que fueron testigos de incidentes de violencia armada, y también de tener un familiar muerto por esta causa, con un 34 por ciento en comparación con un 17 por ciento de los caucásicos.
Además, un tercio de los adultos negros y la misma proporción de los hispanos dijeron que se preocupan “todos los días” o “casi todos los días” de que ellos mismos o alguien a quien aman sea víctima de dicho flagelo, en comparación con uno de cada diez entre los blancos.
La mayoría de los encuestados respondieron que toman al menos una precaución para mantenerse a salvo de la posibilidad de fallecer a causa de las balas.
Alrededor de un tercio expresó que evita los lugares llenos de gente, como festivales de música y bares, y más del 40 por ciento afirmó que buscó dispositivos letales para protegerse, o había tratado de aprender a manejarlos o dispararlos
Tres de cada cuatro de quienes viven en una casa con armas, informan que al menos una permanece desbloqueada, cargada o almacenada con municiones, según el sondeo realizado a nivel nacional a mil 271 adultos.
Acorde con el sitio Gun Violence Archive, en lo que va de año se notifican 146 tiroteos masivos en Estados Unidos, país donde en el mismo lapso más de 11 mil 600 personas perdieron la vida a causa de las balas.
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