De acuerdo con las predicciones de esa organización, la economía de la nación europea experimentará una contracción de 0,3 por ciento en 2023, una pequeña mejora respecto al presagio anterior de 0,6 por ciento, y después crecerá en uno por ciento el próximo año.
Según Jeremy Hunt, canciller de Hacienda del Reino Unido, el FMI considera que el país avanza en el camino correcto, “al apegarnos al plan, reduciremos la inflación a más de la mitad en este año, aliviando la presión sobre todos”.
Sin embargo, persisten en ese territorio las disputas salariales entre el gobierno y los representantes del sector público, actualmente una de las problemáticas fundamentales, agravada desde el año último y mediada por la crisis económica y política.
Mientras las organizaciones sindicales pujan por un incremento de su pago, superior a la cifra inflacionaria—definida en diciembre de 2022 por encima del 10 por ciento—el gobierno presidido por Rishi Sunak, en muchos casos, no asume el valor real de las demandas.
Sumado a ello, permanece un mercado laboral agotado por falta de personal y la disminución de la actividad productiva, tras lo cual los supermercados, por ejemplo, restringieron la adquisición de algunas verduras y aumentó el precio de alimentos incluidos dentro de la canasta básica.
No obstante, si Reino Unido escapa de la recesión, el FMI advierte que su economía mostrará, asimismo, el peor desempeño del Grupo de los Siete, conformado también por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.
De acuerdo con los investigadores de ese fondo, la exposición del país europeo a los altos precios del combustible, el incremento de las tasas de interés y el lento desempeño comercial resultan las razones de la desaceleración.
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