El informe oficial añade que otros 72 súbditos de países subsaharianos animados por la quimera de llegar a costas europeas fueron extraídos con vida de las aguas, aunque aclara que entre 20 y 30 migrantes están desaparecidos, categoría que, por lo general, implica que murieron.
Los sobrevivientes llegan a estas tierras en el peor momento posible dada la atmósfera tóxica que enfrentan los indocumentados subsaharianos después que el presidente tunecino los acusara en febrero pasado de detonar una ola criminal y de querer cambiar la identidad étnica del país magrebino.
Países africanos, entre ellos Guinea y Mali, organizaron puentes aéreos para repatriar a sus compatriotas establecidos en Túnez tras denuncias de que fueron cesanteados en sus empleos, desalojados de sus viviendas y agresiones físicas.
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