Presentado por el Gobierno del Cambio, que lidera el presidente Gustavo Petro, el proyecto tiene como objetivo cuidar los recursos hídricos del país, proteger las especies y garantizar la salud de las comunidades, al prohibir la explotación de algunos yacimientos no convencionales, como lutitas de petróleo o gas, arenas bituminosas e hidratos de metano.
Vamos en la mitad del camino. Este proyecto se radicó con las organizaciones sociales y con más de 178 mil firmas de los ciudadanos y el apoyo de 80 congresistas, afirmó la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad.
Es una decisión que va en vía de cerrar la frontera extractivista para que en Colombia no se les abra paso a unas prácticas depredadoras, poco eficientes en sacar energía, pero que sí generarían un conflicto con el agua, explicó.
La aprobación también garantiza que se prohíba la suscripción, adición u otorgación de contratos, concesiones, licencias y permisos ambientales para la exploración. Además, permitirá la reformulación de la política de transición energética.
Conocido también como fracturamiento hidráulico en yacimientos no convencionales, esta técnica consiste en la inyección de un fluido compuesto por agua, arena y aditivos químicos a alta presión sobre la roca.
Según datos oficiales, su aplicación en Colombia traería serios efectos adversos contra el ambiente en territorios como la Cordillera Oriental, el Valle Medio del Magdalena, Cesar – Ranchería y Catatumbo.
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