El incidente se registró cerca del aeropuerto limeño Jorge Chávez, donde Toledo permanecía cumpliendo trámites previos a su ingreso a la prisión preventiva dictada por un juez por su negativa a presentarse a las audiencias de indagaciones por corrupción.
Un grupo de seguidores de Perú Posible, partido con el cual Toledo fue elegido en 2001 y que está virtualmente disuelto, manifestaba su apoyo, cuando se acercó a ellos el exvicepresidente y exministro de Defensa, David Waisman, duro detractor del exgobernante.
Waisman los criticó por defender al exgobernante pese a las sólidas pruebas en su contra e inició una discusión con el exministro de Trabajo de Toledo y excongresista, Carlos Almerí, que derivó en insultos hasta que el exvicepresidente lanzó a su oponente un golpe de puño en la cara.
La Policía alejó a Waisman del lugar, mientras este insistía en confrontar al puñado de partidarios del exgobernante extraditado para su juzgamiento por delitos cometidos al recibir un soborno de 35 millones de dólares de empresas brasileñas.
Entre quienes apoyaban a Toledo estaba también quien fuera su ministra de la Mujer, Doris Sánchez, quien alegaba en defensa de Toledo los méritos que atribuye a su administración.
Entretanto, frente al presidio de alta seguridad reservado para exaltos funcionarios y ubicado en el este de la ciudad, otro grupo de seguidores del extraditado aguardaba su llegada y entre ellos se encontraba su hermano, Pedro Toledo.
Como representante de la familia del expresidente, Pedro Toledo declaró que su hermano sufre de cáncer desde antes de su último viaje a Estados Unidos, en febrero de 2017.
Añadió que el informe médico deberá tomarse en cuenta para su anunciado pedido de cumplir bajo arresto domiciliario la prisión preventiva de 36 meses dictada en 2017.
El fiscal acusador del exgobernante, José Pérez, adelantó ayer que se opondrá a la pretensión de Toledo, por los sólidos fundamentos de la prisión preventiva y el hecho de que el expresidente ha demostrado afán de evadir a la justicia, al punto que tuvo que ser extraditado.
El exgobernante arribó hoy desde San Francisco, Estados Unidos, custodiado por tres policías norteamericanos que, al llegar a Lima, lo entregaron a la Policía peruana, tras más de cinco años de solicitada la extradición.
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