El también analista internacional lamentó que esas instancias integracionistas se mantienen inactivas o en procesi de reactivación, en los casos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
En diálogo con Prensa Latina señaló que existen mecanismos y acuerdos internacionales, algunos firmados por los países andinos, pero no son utilizados adecuadamente.
“El problema migratorio no es solo humanitario; es también político y se ha convertido en un tema regional que hoy amenaza la seguridad y la unidad de América del Sur”, dijo Adrianzén.
Agregó que no habrá salida al problema en el corto plazo mientras persistan las diferencias políticas exacerbadas en la región y los gobernantes se limiten a tomar medidas unilaterales, como la de Chile, de empujar a los migrantes irregulares a Perú, y la de este país, de militarizar sus fronteras para impedir el paso de indocumentados.
“Nos debe quedar claro que, si no encontramos una solución en el corto plazo, lo más probable es que esta crisis se profundice creando focos de tensión en las fronteras con nuestros vecinos”, alertó.
Añadió que esa situación “no solo afectará nuestra vecindad, también distanciará a los países de la región, impidiendo la integración”.
También, dijo el analista, alentará a los grupos de ultraderecha a proponer soluciones autoritarias frente al tema de la migración y la inseguridad ciudadana, que solo llevan a “alimentar salidas autoritarias con incrustaciones fascistoides”.
Criticó a los gobiernos de la región que no se pronuncian sobre la crisis migratoria y optan por políticas aisladas en desmedro de sus vecinos y lamentó las contradicciones entre administraciones de diferente signo, que afectan la integración
Aseveró la necesidad de señalar errores y posibilidades “porque la forma en que los países abordan la crisis migratoria nos mostrará el estado de la integración tanto subregional y regional como también de la democracia”.
“No jugarse por la integración es condenar a nuestros países a democracias precarias, a que sigamos separados y por lo tanto a la marginalidad internacional en estos momentos de transición geopolítica a nivel mundial”, subrayó Adrianzén.
Recordó palabras del excanciller peruano Carlos García Bedoya, que hace medio siglo propugnaba el “nacionalismo latinoamericano” como “la forma suprema de integración y que constituye la culminación del proceso integratorio, es la integración política”.
Por otra parte, señaló que la actual crisis migratoria regional fue acelerada por “ la equivocada, y fracasada política de la administración norteamericana, del gobierno peruano de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y de varios países de la región frente al proceso político venezolano”.
Además de promover la creación del Grupo de Lima de gobiernos alineados con Washington, Kuczynski llamó a los venezolanos a abandonar su país que aquí tendrían trabajo y salarios dignos, entre otros atractivo, que no eran reales.
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