A un indocumentado lo evacuaron en una ambulancia desmayado por el impacto de una piedra en la cabeza, en una pelea entre los extranjeros y comerciantes que intentaban romper el bloqueo establecido en la pista que va de la región peruana de Tacna a la chilena de Arica.
La Policía chilena, en escaso número, logró disuadir a la mayoría de los migrantes, pero un grupo menor insistió en el bloqueo, aunque los roces con transportistas y otros peruanos que intentaban cruzar a Chile como hacen a diario por realizar allí compras o comercio informal.
Previamente, los migrantes intentaron sobrepasar a la fuerza la barrera que formaban los policías peruanos, pero tras un breve enfrentamiento, fueron obligados a mantenerse del lado chileno, donde se concentran a diario grupos que hasta ayer habían logrado cruzar clandestinamente la frontera de noche y caminar por el desierto llegar a la ciudad de Tacna.
Ante la persistencia del bloqueo, un coronel de la policía peruana pidió con un altavoz a sus pares chilenos que colaboren despejando el bloqueo, pero no obtuvo respuesta, mientras una larga columna de cientos de autobuses, automóviles y camiones.
Un sacerdote chileno intentó convencer a los extranjeros de despejar la vía y hasta se arrodilló ante ellos, pero no aceptaron y un grupo de comerciantes peruanas pasaron al lado chileno a pedir a los policías el desbloqueo, con igual resultado.
A su retorno, las mujeres dijeron que la respuesta fue que para Chile los bloqueadores están en una tierra de nadie de 30 metros a la que sus policías no pueden acceder, pero un periodista que cruzó la barrera policial peruana, fue conminado retirarse por policías chilenos.
La frontera fue reforzada tierra adentro por cerca de 200 militares peruanos en 12 puntos críticos por los que pueden cruzar migrantes clandestinamente y militares chilenos hicieron lo mismo con anterioridad, lo cual ha generado preocupación internacional.
Un incidente similar al de hoy dio lugar el jueves último a una protesta diplomática peruana por la falta de colaboración de la policía chilena a controlar en su lado el desbande de migrantes que intentaron avanzar por la fuerza hacia Perú.
La Cancillería chilena protestó por su parte por calificaciones afrentosas lanzadas en televisión por el alcalde de Tacna, Pascual Güisa, contra el presidente del paìs austral, Gabriel Boric.
Sin embargo, representantes diplomáticos de ambas naciones mantienen un diálogo en busca de solución que deberá concertarse, según criterio generalizado, con los gobiernos de los países de los migrantes, como Colombia, Venezuela y Haití.
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